viernes, 16 de abril de 2010

Primavera

El mirlo macho canta de madrugada sobre el alcornoque solitario, está en celo, quiere avisar a las hembras de su presencia y marcar el territorio. No muy lejos de allí, en el zarzal inexpugnable destaca la melodía armoniosa del ruiseñor, verdadero señor del bosque.
Amanece en la sierra.
Una bandada de garcillas boyeras cruzan silenciosas el horizonte a media altura buscando cada una su alimento entre las vacas .
Una decena de abejarucos mueven sus alas multicolores con el sonido inconfundible, mientras se oye el acompasado cu-cú a lo lejos.
Un jilguero entona en la última rama de un álamo seco.
Las primeras gotas de la mañana hacen acto de presencia sobre las hojas de los árboles, primero suaves, luego con fuerza las nubes descargan agua, mucha agua.
Las ranas croan en las charcas contentas.
Una abubilla se mueve inquieta aquí y allá en sus vuelos cortos.
La mujer está camuflada en el jaguarzo grabándolo todo.
La naturaleza toda es una melodía de ... ¿ sonidos y música ?.
En algún lado una alarma suena.
¿ Sonidos, música, grabación ?.
En poco tiempo un agente-cobrador de la Sociedad General de Autores llegará reclamando su parte del pastel, su canon.

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