jueves, 15 de abril de 2010

15 de Abril

Todos los años en este día, si el trasiego no lo impide, me pongo un poco tonto, quizás más de lo normal y me da por recordar a alguien especial que se fue un día como hoy.
Quizás el año pasado también le dediqué un comentario, una vivencia.
Una madrugada, no hace mucho, me vino a visitar en forma de sueño. Era un poco surrealista como casi todos los sueños, pero tuve tan nítida su voz como si me estuviera hablando en mi almohada, junto a mí.
Han pasado seis años, pero su recuerdo no muere, más al contrario, creo que van viniendo flashes de poco a poco a mi mente, cada vez más.
El primer verano que pasé sin él me dediqué a escribir en un cuaderno por las noches, en el patio, conversaciones que había tenido con él, anécdotas que me contó, pero muchas se quedaron perdidas.
Espero que vea la luz algún día esos recuerdos en forma de libro, aunque sea para mis hijos y no se convierta en uno de tantos proyectos que se quedaron por el camino olvidado entre anillas metálicas y cartón duro de pasta.
Mi padre fue: Caracoles, tagarninas, madrugadas con ausencia, muchos kilos de pan, trigo moliéndose, celtas cortos, mi perra Oli, esfuerzos inhumanos, horno calentándose, Don Quijote, cría de cochinos, El Cid Campeador, azúcar, huevos fritos con chorizo, cariño, cansancio disimulado, Rafael Farina, sacrificio, El Perro de Paterna, El Madrid, mi tío Salvador, la Argentinita, sus hijos, dolor, responsabilidad, su mujer, la entrega a los demás... y no sigo porque me emociono.
Adiós papá.
Seguiremos la conversación.
Te lo prometo.

No hay comentarios: