viernes, 31 de diciembre de 2010

Feliz año nuevo

Que este año 2011 se inicie como ha terminado por lo menos este 2010.

Felicidades a todos.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Gel de ducha

Es curioso, pero a menudo nos sucede que un simple olor, por más vago que sea, nos hace recordar una situación, un momento, un hecho destacable en tu vida.
Esta noche estrenaba gel de ducha, cuya marca ni mi acuerdo, pero cuando lo olí, al momento me transportó a mis años de vivencias de universitario en Cádiz. Fueron épocas de libertad, de amistad profunda, de grandes y bonitos recuerdos, de esa ciudad maravillosa, de la calle Sacramento, de las noches de guitarra en la Caleta, del descubrimiento de Triana, de anochecidas y amanecidas, pero también de cafés en tertulia, del Muro de Pink Floid del Pibe, de los carnavales, de los bocadillos de Pepe, del teatro Andalucía, de las cenas de sanwidch de pollo con huevo, de la Alameda, de las piedras del campo del Sur, del Parque Genovés, de los autobuses de Comes, de la biblioteca pública, poco estudio, notas raspadas, fines de semana en Facinas trabajando en el Pub de Antonio con la música que quería poner, del descubrimiento de una ciudad maravillosa, atractiva como pocas, con sus calles de siempre, sus mismos negocios, y sobre todo el mar, ese mar que tanta gente le ha cantado con amor a una tierra, con poesía y con mucho cariño.
A Cádiz tengo que volver, a pasear por la Plaza de Mina, por el Falla, perderme por las callecitas estrechas de Santa María, del Pópulo, la plaza de la Candelaria, tantos y tantos lugares por descubrir aún.

sábado, 25 de diciembre de 2010

Navidad

Calles vacías, tenue lluvia que moja los cristales de mi coche mientras viajamos al Cerro al almuerzo, tres gitanas en bata de casa y zapatillas cruzan el semáforo, hasta los chinos descansan hoy, hasta las putas que venden su cuerpo a todas horas en el cruce de los bomberos tienen por convenio hoy el día libre, cientos de coches aparcados, resaca de noches intensas, churrerías ausentes, solamente " El Petisú " recoje a los solitarios buscadores de un buen café, de charla en familia o simplemente desesperados de tomar algo caliente y gratis ( el barba blanca que deambula diariamente por el barrio trapicheando me imagino que algo de hachís y otras menudencias ), que tras insistir consigue de un cliente que le invite.
Tras el día saco varias conclusiones, primero que necesitaba una charla familiar tranquila en que nadie llevara la voz cantante por su torrente, o que los niños nos dejaran hablar y sincerarnos, contarnos cosas que en el día a día no dan tiempo.
Hoy quería ir al circo con los niños, pero no pudo ser, el lunes caerá, yo estoy más ilusionado que ellos.
Ultimamente había pocos momentos en que conseguía emocionarme, aunque yo antes era el lágrima fácil de la familia, pero hoy, tenía que ser precisamente el día de Navidad, cuatro momentos me han hecho sentirme diferente. A la hora de la siesta puse Radio Marca y estaban echando el resumen de los goles del Mundial de Sudáfrica, pero comentados por todas las radios y todos, desde el primero con Suiza y el último con Iniesta, aunque éste lo he vuelto oír otra vez esta noche, un subidón me entró por el cuerpo, creo que cada día que pasa me doy cuenta de lo fantástico que España consiguió.
Luego, mientras que tomaba el descafeinado de máquina ( he tenido que renegar del auténtico, pero las circunstancias mandan, ya volveré ) en el valiente Petisú, hablé con mi tía de Conil. Se sentía triste y sola, su hermana está enferma, pero se puso contenta de que la hubiese llamado. Me dijo que me quería mucho, no es normal que te digan eso por teléfono, se me hizo un nudo en la garganta muy diferente al de la mañana ( cuando me levanté a las diez de la mañana, todo un record en mí, tenía hinchada la campaniña y tuve que salir pitando a urgencias para que me pincharan el culete con un Urbason ). Me gustaría que mi tía saliera de su mundo pesaroso, de muerta en vida, de luto permanente por fuera y por dentro, pero creo que su mentalidad no se lo permitiría.
Luego Sabina, el eterno, que no deja de hacerme vibrar, aunque no tenga la voz de sus comienzos, me gusta más ahora con el roto permanente, y a mis hijos, sobretodo a Juan y a Marta, que se están aprendiendo " La del pirata cojo ". A mi Peter Pan bético le tengo que cantar todas las noches el estribillo del pirata, si no no se duerme.
A media tarde, cuando llegamos a casa, hicimos masa, hicimos figuritas y las metimos en el horno. Creo que mi padre nos estaba ayudando, porque en mi cabeza estaba, seguramente también mi tío Salvador, otro insigne panadero que me regaló mi primer Quijote, edición de Martín de Riquer, maravillosa.
Ahora estoy escribiendo esto, es casi la una de la madrugada, calle Melancolía suena a tope en el portátil y lloro a lágrima partida de felicidad, me acuerdo de Argentina y pido por favor a la audiencia que me diga donde conseguir el DVD de los conciertos de Sabina y Viceversa y alguno en sudamérica.
Me voy a la cama, es demasiado tarde.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Nochebuena

Aunque sean fiestas para " pasárselo bien " en teoría, aquí un bicho raro que está deseando que pase esta noche, me puede la presión, no puedo negarlo, y eso que intento disfrazarla con un pequeño teatrillo con los niños, pero sinceramente esta noche, si me dieran a elegir haría alguna de estas cosas:

-Me pasearía por la playa dejando que las olas me mojasen los pies, da igual en qué lugar.

- Leería un libro hasta que el sueño me pudiese.

-Me llenaría pasar esta noche en un comedor social, haciendo feliz a aquellos que se sientan solos.


Hay cena familiar, nos reiremos un poco, camuflaremos algún regalo con el amigo invisible, nos hartaremos de comida, los niños jugarán y yo disimularé.

Mañana es Navidad.

lunes, 20 de diciembre de 2010

" La colmena "


Ocho y media de la mañana, hace rato que pasaron los más madrugadores.En la cafetería hay cierto revuelo, me extraña ver a Luisa la cocinera rulando tras la barra a esas horas, encima de la vitrina de cristal hay dos cajas de croisants llenos de jamón york y queso, pregunto a Sonia, previos buenos días y me cuenta que están preparando un pequeño catering de desayuno para unas gentes del polígono.
En la esquina de la barra fuman Rocío, siempre con la sonrisa en la boca y su amiga-compañera, han tomado el café y apuran el cigarrillo antes de entrar en la empresa, Borja lee el Marca, el directivo del concesionario apura la tostada mientras ojea el ABC, el montón de periódicos del 20 minutos se apilan en la esquina opuesta, acaban de dejarlos, pronto se desperdigarán por las mesas, aunque siempre terminan algunos en el cubo de la basura al final del día.

Sonia ha hecho olvidar a Dioni, el camarero más famoso e irónico que pasó nunca por “ Guadalquivir “, personaje singular donde los haya que diariamente derrama ingenio en la bodeguita Casablanca, un lujo para el paladar y un oasis de sevillanía entre tantos Starbucks, Rodillas y otras lindezas que inundan el centro de Sevilla cual olas desbocadas de la mal llamada globalización.

Al momento tengo la tostada calentita con mantequilla de Arias ( lata amarilla y azul de toda la vida, nunca porción, heredada de mi época de desayunos en Fausto ) con jamón york, cada día voy variando, unas veces sobrasada, casi siempre los martes, y rara vez una con aceite y tomate, tengo un poco liada a la camarera, pero ella nunca se queja, ni conmigo ni con nadie.

Entra un hombre con el pelo estilo jeyperman, sonrisa en la boca, saca de una bolsa un par de zapatos y se los entrega a Sonia. Le explica cómo le ha hecho el arreglo de las tapas. Es el verdadero “ Zapatero “ del Cerro, incluso tiene una fotocomposición con el presidente del gobierno dándole la razón. Es marroquí, no sé su nombre, pero es la simpatía personificada. Cobra su trabajo y se va, solamente se toma un vaso de agua fresca.

Siempre me busco la parte izquierda de la barra, localizo un banco acolchado ( los de madera son algo duros, siendo diplomático ) para leer tranquilamente algún periódico, El Mundo, el Marca o el ABC, no me gustan los gratuitos, es un momento para degustar el desayuno mirando los artículos con cierto detenimiento, me repatea que llegue algún cliente y tenga que tomar el café con él, porque debo engrasar el pensamiento y eso lo suelo hacer cuando me monto en el ascensor para subir a la primera planta ( sí, las escaleras son un coñazo ), pero que yo ando, y bastante.
Saludo a Juan, el padre de Fernando, dueño del bar, al que llama el Niño, cariñosamente, son ambos la ironía personificada, da gusto verles el humor que gastan desde primera hora.
Fina, la interventora de la Caixa suele llegar a la misma hora que yo, se toma su primer café de la mañana tranquilamente fumando un cigarrillo rubio, aunque presiento que no serán los últimos, ni el tabaco ni el café. En poco tiempo llegará mi compañero Juan, que busca una mesa de las estratégicas, con vistas a la calle, pide su media tostada con el café y se lee el ABC sentado tranquilamente.

A la hora del almuerzo, llega María José, la camarera más guapa en el ranking de la hostelería del Cerro, sin desmerecer a las demás, pero ese piercing tiene un no se qué.

Hay dos cámaras de grabación digital estratégicamente distribuidas, no tanto disimuladas, pues una de ellas trasladan a casa de Fernando las imágenes de este particular “ Gran Hermano “.

El bar tiene entre otras particularidades una sala de relajación, vistas maravillosas de jamones olorosos colgados de la pared y hasta una lata gigantesca de caña de lomo de jabugo que estoy seguro de que entraría en el libro Guiness de los records si se lo propusiera. Nunca pregunté, pero me huelo que siempre ha estado vacía, además hace labores de apoyo de una de las susodichas cámaras.

Un personaje nuevo aparece por la cafetería: nada más verlo lo bautizo como caballo loco, un chino con los ojos inyectados en sangre, pelos largos de punta, de mediana edad, que toma café a mi lado. Habla, bueno intenta hacerse entender con dos mecánicos a los que invita a una copa de anís Castellana sin hielo. Pide agua, pero la quiere caliente. Cuando le traen el vaso vierte en él un sobrecito de hierbas verdes que deja asentarse sin echarle azúcar. Los mecánicos le comentan que si el hachís se lo bebe, que no se lo fuma, el chino no entiende nada pero se ríe. Paga con un billete de 20 euros y Sonia le da todo el cambio en monedas de euro. El chino deja el café a medio tomar, hace un gesto con las manos a los hombres a los que ha invitado, ignora las hierbas y se va directo a la máquina recreativa que está al otro lado del bar.

Termino de leer el Marca, pago y me voy. Han pasado diez minutos y Caballo Loco continúa echando monedas, aunque de vez en cuando la maquinita le da algunas para cautivarlo con su música halagadora. Me despido de Fernando, quizás baje a las 11.30 horas a tomarme un máquina, puede ser, no seguramente el chino seguirá allí.

El bar es una colmena en la que las abejas entran y salen todas por el mismo agujero del panal a cumplir su misión, yo entre ellas, mientras otras abejas se afanan en atenderlas, hay algún zángano que revolotea, tábanos que cumplen su función y sólo falta la reina que quizás algún día se digne a pasar por allí.















miércoles, 15 de diciembre de 2010

FIRMA EN LA FERIA DEL LIBRO DE DOS HERMANAS

Este domingo, 19 de Diciembre de 2010, estaré firmando libros en la Feria del libro y la artesanía de Dos Hermanas entre las 12.00 horas y las 14.00 horas, no tiene pérdida. Es en la Plaza del Arenal, junto a la Estación de Renfe.

Prometo un buen rato de sorpresas si alguno se digna a hacernos una visita por allí a los escritores que firmamos.

Espero poder repetir los dos siguientes domingos, la experiencia seguro que merece la pena.

Os espero.

Curiosidades

Más de una vez he hablado con mi amigo Joselillo de un tema curioso y coincidimos los dos en ello: Cada persona tiene su doble en este mundo, puede que en el otro hemisferio, en ciudades totalmente alejadas o simplemente en el mismo país. Lo más seguro es que nunca lleguen a conocerse, pero tanto a él como a mí nos ha pasado que hemos visto a un chaval, un hombre o una mujer por Sevilla y hemos pensado que es el otro yo de alguien de Facinas.
A lo mejor es que los dos somos algo raros, seguramente, pero nos gusta comentar ese hecho.
Hoy, iba saliendo de mi casa con los niños en el coche, se me cruzó un hombre haciendo footing en un paso de cebra. Era delgado, bien parecido y llevaba un chaleco verde fosforescente. Yo paré, él también, pero al ver que le daba paso con la mano, siguió corriendo, pero me sonrió.
En ese momento, su cara y esa media mueca con la boca y los ojos me llevaron a un tiempo pasado hace seis años más o menos en el que un compañero de nuestro despacho murió por un cáncer en menos de un mes. Tenía la misma sonrisa, era delgado como el que me crucé, más o menos la misma edad y hasta diría que el color de sus ojos era el mismo.
Fue una descarga eléctrica que me transportó a Antonio.
El hombre siguió su marcha y yo continué la mía con una sensación muy extraña, como un Dejá Vu, como si esa persona fuera una continuación de nuestro compañero desaparecido.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Jujuy

Jujuy es una pequeña ciudad argentina, patria de tantos inmigrantes que pueblan nuestro país.
Hoy he conocido la historia de una pareja cincuentona ya, que tuvieron que dejar a sus cuatro hijos allí a buscarse la vida en otra tierra.
Antonio David era un trabajador normal de banca durante veintitrés años en Buenos Aires, luego en su ciudad, Jujuy.
Pero el corralito, el despido, una mala inversión, y como resultado la emigración dejando casa, familia, recuerdos, amigos y todo, la vida allá y acá.
Hoy su señora y él han salido emocionados de mi oficina, quizás por recordar que tienen ocho nietos que algunos ni conocen, más de cuatro años sin pisar la tierra de Sábato, que no tienen plata para ir y volver ( 1.600 euros cada uno, billete ida y vuelta ), pues todo el dinero que ganan lo ahorran para poder enviar a sus hijos para que puedan trabajar allí, porque hay alguien que les oye, o intenta poner un granito de arena.
Viven en una casa de una señora mayor, por lo menos tienen el consuelo de poder dormir todas las noches juntos, compartir ambos sus frustraciones, su amor y desesperanza. Ella cuida a la mujer y Antonio limpia un polígono desde hace cuatro años sin contrato. Ahora que había conseguido el permiso por arraigo, se le deniega porque la empresa donde trabaja no está al corriente en Seg.Social, maldita suerte la nuestra dicen.
Sólo esperan poder ahorrar un poco más de plata, marcharse a su querida tierra y montar un negocio de gastronomía, ya que durante cuatro años se dedicaron en Bolivia a trabajar en un restaurante.

Les he dicho que me gustaría conocer algún día Jujuy.

Ojalá tengan suerte.

Se lo merecen.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Puente

Macro puente de Constitución, de nieve, de fiestas, viajes por carretera, encuentros familiares, disfrute de otras gastronomías, otros mundos por conocer, monumentos, hoteles, aviones...

¿ Aviones ?.

No, caos y más caos por unos niñatos y niñatas que se creen en el derecho de paralizar un país que da tumbos sobre tumbos, que respira de mala gana con un tubo de oxígeno, y que por su asqueroso egoísmo pesetero quieren hundir.

Yo propondría al Gobierno que diesen los nombres, apellidos y dirección de cada uno de ellos para que todos pudiésemos ponerles cara y decirles cuatro cositas cuando fuesen a comprar el pan, llegasen al médico o simplemente salieran a la calle para tomar un café.

Escolta pagada por ellos es lo que iban a necesitar si por mí fuera, escolta para no ser escupidos por la calle, o que se les inundara el móvil con llamadas a todas horas del día por cada persona que no ha podido disfrutar de un reencuentro, de una casa pagada, o de una operación de cáncer para una niña que tenía que llegar ayer a su destino, eso sí que es fuerte.

A esas personajillos se les debería señalar por la calle con un monigote, diciendo yo soy controlador de Aena, dígame lo que quiera, escúpame, pégueme, cáguese en mi familia y sobre todo, a cada uno que no cumpla estos días, delito de cárcel, juicios penales, ya verán como se les quita el asqueroso cuento que tienen.

Me gustaría que cada uno de ellos tuviese un familiar enfermo y que cuando lo llevaran al hospital los funcionarios le dijeran a él que no lo atendiesen.

Me cago en t...

Esto no se puede aguantar, y eso que a mí no me toca directamente, pero es injusto que un país entero y parte de Europa se tenga que ver influída por estos indignos.

martes, 30 de noviembre de 2010

" Arcoiris en el cielo "



Esta tarde, entre una actividad extraescolar y otra, la lluvia nos dejó este espectáculo inolvidable, se me encendió una bombillita y corrí a mi casa por la cámara de fotos. Esta imagen la pude rescatar cuando ya sólo era un pequeño difuminado.



Ahora os dejo con la otra, es la tercera vez en mi vida que he tenido la oportunidad de ver dos arcoiris juntos, la primera fue en Asturias y la segunda en las cataratas de Iguazú.



Espero que alguno pudiéseis contemplarlo, si no, ya tendremos alguna otra oportunidad.








domingo, 28 de noviembre de 2010

" Otoño de sensaciones "

La lluvia despliega su impasible manto sobre las calles.

Nadie pasea, el desierto de la noche lo inunda todo.

La ciudad parece muerta.
Solamente los fosforescentes neones de alguna tienda permanecen impertérritos ante las miles de gotas.

Algunos árboles lloran cientos, miles de hojas, y se despiden de ellas hasta nunca.

Otros luchan a brazo partido en desigual batalla contra el viento.

Nostalgia, tristeza, desasosiego, inquietud.

Otoño.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

" Libertad "

Pronto está el camino hacia los infiernos, la perdición está cercana.
Hace unos años, quizás demasiados, mi piel era dura, tersa, mirábamos hacia el cielo, al infinito, pero ahora me miro al espejo y siento que el tiempo no perdona.
¿ Cuántas veces habré sentido una lengua curiosona sobre mi aureola ?. Quién sabe, y cuánto placer me producían esos dientes mordisqueándome con destreza, con pericia.
He perdido la cuenta de las bocas diferentes que me habrán saboreado ,
Ahora, cuando llega el verano, mi ego sube, mi vanidad se acrecienta, gozo con las gotas del mar, saltando en la playa o simplemente sintiendo el cosquilleo de miles de granos de arena.
Mi cuerpo se envuelve en cientos de colores, los molestos aros dejan de atenazarme y durante muchas horas me siento libre, desnudo, para ser acariciado, saboreado, lamido, apretado e incluso chupeteado.
! Quiero sentir !.

Escrito en la " Manga del Mar Menor, 16 de Agosto de 2004.

lunes, 22 de noviembre de 2010

" Otoño "

A mi mente llegan recuerdos pasados en un tiempo de nostalgia. Sin mucho esfuerzo pasean por mi cabeza situaciones de una tierra diferente. Paro la imagen en una de ellas:
Los setos que escondían risas de niños en el parque, en los columpios, en la arena, están ahora solitarios, casi ausentes. Solamente el levante, que estos días anda valiente, es capaz de hacerles compañía, y los mece a su antojo. La barrera de la entrada está subida, así permanecerá unos meses hasta que comience de nuevo su función. De su lado ha desaparecido la silla que soportaba al vigilante en las noches de forzado insomnio.El supermercado cderrdo, las sillas de la terraza vacías, las hojas secas lo inundan todo.La recepción no escupe llamadas de teléfono ni ruido de impresoras, incluso el ordenador está apagado, ya nadie mira por la ventana quién entra en el recinto porque ninguna persona aparecerá.
Tendido en el sofá, con una taza de café sobre la mesa de madera, miro hacia atrás y veo una barra desnuda, sin alma. Sonrío para mis adentros recordando tan sólo un mes antes cuando todo era un fluir de tostadas, platos, gentes pidiendo las más variopintas bebidas y tres camareros multiplicándose en el pequeño reducto que dejaban las máquinas. Como domingueros en manifestacióon, la marabunta llegó y se marchó, dejando algún rezagado holandés, belga o familias portuguesas que solían viajar en temporada más baja. Ya no queda ni siquiera ellos, ni el personal con el que tantas experiencias se vivieron en este verano tan duro, intenso, pero al mismo tiempo, gratificante.
Doy el último sorbo al café y remuevo un poco la leña de la chimenea. Justo en ese momento llega el comercial al que pido azucarillos, té, cuchillos de plástico para las tostadas, todo en pequeñas dosis.
Antes todo era distinto, llegabas a las nueve de la mañana y marchabas como mínimo a las doce y media de la noche, y eso si no me paraba a tomar una copa por el camino.
Comienza a llover sobre el camping, el agua cae racheada, arrastrada por el viento de levante. Mi alma se vuelve más nostálgica, quizás porque no tengo nada que hacer, dejo vagar mi cabeza hacia atrás en el tiempo. Se marcharon los italianos anhelantes de marcha, se fue el cura alemán que se se tomaba las jarras de cerveza como vasos de agua, por litros, los belgas que buscaban las olas y suspiraban cada noche al ver el tiempo en el telediario.
Algunos volverán, otros quizás buscarán otros puntos para el surf, pero el ciclo de las estaciones se repetirá año tras año en el camping Paloma en Tarifa.
Observo cómo se apagan los últimos rescoldo, la ceniza va tomando color y fuerza.
Pasan los días lentamente, como la vida, añorando en parte horas intensamente vividas en el verano, en parte disfrutando de la paz que da la soledad.
Es otoño.
Año 1991

martes, 16 de noviembre de 2010

Once de la mañana, una transitada calle de un barrio popular de Sevilla, entramos en un bar. El local es pequeño, dos paredes de cristales conforman la visión total de la gente que pasa, que entra, que sale o simplemente pasea. La barra ocupa casi todo. Dentro dos camareros se afanan en servir a todo el que entra. Dos marujas toman café con media tostada sentadas en las escasas mesas que caben fuera. Grandes latas de foiegras, sobrasada, manteca colorá, blanca, mantequilla arias, tulipán con su cuchillo clavado a modo de puñalada esperan manos para untar, el tostador es redondo, los cafés cargados y en vasos pequeños, el bote de las propinas en una lata antigua de trina, no hay cocina, dos pintores charlan a nuestro lado, uno joven con un pendiente redondo que le atraviesa la oreja a modo de tribu africana massai y el otro más mayor con canas y coleta recogida, pero que le llega a media espalda. Los camareros saben qué necesita cada cliente solamente con verles la cara, no hay chinos aunque dos máquinas tragaperras esperan clientes. Los minúsculos servicios avisan a los gordos que no es buen sitio para ellos. Los anises, licores, coñacs y demás alcoholes detrás de una vitrina de cristal. Las tres mesas restantes también están ocupadas por mujeres que hacen la compra. Servilletas de papel engurruñidas en el suelo, dentro y fuera de la barra, como es típico, no hay papeleras para tirarlas, es parte de la idiosincracia del bar.
Dos escudos de madera del Betis y Sevilla marcan la equidistancia, o las pocas ganas de decantarse, un televisor culón antiguo marca JVC y un TDT para ver los partidos de no pago, está apagado.
La barra es metálica, mejor para limpiar, reluciente, contrasta con el suelo.
Pagamos los dos euros de rigor y nos marchamos. No falta un buenos días y el vaso de agua.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Desamor

Estoy aquí tirado en la cama, son las tantas de la madrugada y no sé cuantas cervezas me habré tomado ya, hace rato perdí la cuenta. Mi almohada chorrea lágrimas, son las mismas que depositaron mis ojos.
Sí, estoy borracho, y qué, qué pasa, uno tiene derecho a beber en demasía cuando siente lo que no debe sentir, cuando quiere amar y no puede, cuando la cabeza dicta unas órdenes que el corazón no obedece, cuando he tenido que luchar tantas veces contra mí mismo para no decirte lo que me apetecía.
Cuántas mentiras, cuantos besos reprimidos, cuantas caricias soñadas, cuánto amor oculto, queriendo siempre disfrazarlo con amistad sincera.
Tantas veces ensayé frente al espejo las palabras mágicas, pero nunca fui capaz de confesártelo.
Hoy, tu llamada a mi móvil desde Montevideo me rompió.
Un raro presentimiento me decía que se acabaría todo, mi mundo entero, mis ilusiones, mis vivencias, mis anhelos, mis deseos.
Podría decirte que deseo que seas feliz con esa chica, pero te mentiría.
Por eso he decidido escribirte esta carta, aunque la rompas nada más leerla.
Te quiero Sergio.
Tuyo siempre, Israel.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Los Ulen

Anoche estuvimos en la obra de teatro " Bar de Lágrimas " en la sala Fli del Cerro del Aguila.

Pocos momentos recuerdo en mi vida que me haya reído tanto en una obra de teatro, por favor, vayan a verla, son los Ulen, esos cuatro monstruos que llevan más de veinte años haciendo buen teatro. Paco Tous ( Sí, el de los hombres de Paco ), y su grupo son capaces de hacer pasar momentos surrealistas, cómicos, artísticos y sobre todo, teatro, puro teatro.

Ruego al que quiera olvidarse de problemas y tensiones, visite a Los Ulen donde estén, el espectáculo está asegurado.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Una libreta perdida

Ayer, rebuscando documentos en el maremagnum de papeles que tengo en casa, casualmente aparecieron en una caja del polvillo cinco libretas de anillas en las que antes de tener el blog escribía mis historias. Hoy os dejo con una del 29 de diciembre de 2003, que no tiene título.

Lloro por los que han muerto en Irak.

Lloro porque hoy, mañana, y tal vez pasado, serán noticia en los telediarios.

Lloro por el seguro olvido de vosotros, vuestras familias.

Lloro por los que justifican la guerra en envoltorios de misiones de paz.

Lloro porque los políticos os utilizarán después de muertos.

LLoro por la desesperanza, la venganza y la injusticia de este mundo que nos ha tocado vivir.

Lloro porque nos aislamos de los problemas de hambre y muerte que acechan a la humanidad.

lLoro por el miedo que pasan los que se atreven a atravesar el Estrecho de Gibraltar.

LLoro por las piedras y la arena que serán testigos de muchas otras muertes más sin justificación.

LLoro porque un loco gobierne el planeta donde todos vivimos.

Lloro porque muchos otros estarán llorando a sus hijos.

Lloro porque habrá muchos niños que no tendrán los juguetes que mi hija disfrutará esta navidad.

Lloro por no tener a mis padres cerca y no saber aprovechar los momentos que estoy con ellos.

Lloro por no poder dar más amor a tanta gente que lo necesita.

Está lloviendo en mi corazón.

martes, 9 de noviembre de 2010

Saharauis

Llegaron de día, primero dos, luego cuatro,seis, cuarenta, así hasta veinte mil personas entre mujeres, niños, ancianos y hombres. Montaron sus jaimas a pocos kilómetros de El Aaiún. Esperaban pacíficamente que el gobierno atendiese unas peticiones tan descabelladas como igualdad de oportunidades, tierras y trabajo.

Llegaron de noche, eran cientos y pretendían destruir todo lo que se encontraban a su paso, y lo hicieron, tiendas, animales, personas, todos calleron en las redes de quienes sólo deseaban sembrar el caos y matar.

No es un problema de unos pobres moros que se pelean entre ellos.

Esto no es el asunto del Perejil, un islote de cabras donde nadie vive, esto es más serio.

Los saharauis son españoles de origen, como tú y como yo, a quienes abandonamos en lo más inhóspito del desierto del Sahara a su suerte hace veinticinco años y sobreviven gracias a la ayuda internacional y a que es un pueblo culto, inteligente y pacífico.

Yo por mi profesión he conocido a muchos, cientos de saharauis que se han integrado a la vida española y que en su mayoría han obtenido la nacionalidad española, puedo decir que son personas luchadoras de sus derechos. Recuerdo a un gran amigo, Embareik Hamadi Mouloud, al que todos llamábamos Emilio que era el corresponsal del Frente Polisario en Sevilla, al que tengo mucho aprecio.

Es nuestro problema, imagínate que de pronto, invaden la provincia de Cádiz, nosotros les dejamos y los gaditanos que allí vivan pasen a formar parte de otro país. Esto no es permisible, los políticos no pueden mirar hacia otro lado, basta ya de palabras y más acción. Que se ganen el sueldo que todos les pagamos.

Viva el Sáhara libre.

viernes, 5 de noviembre de 2010

El impenetrable olvido

El viento de levante que llega sin freno de Las Cabrerizas se apodera del lugar, ausente ya de protección. El toldo verde de malla que con tanto mimo habían desplegado los dueños de la casa ha desaparecido por completo, quizás se lo llevó el abandono, puede que el propio aire lo hiciera suyo o algún familiar lo quitó. La sombra que antaño cobijaba al hombre y a la mujer ya es sol impenitente hasta que éste quiera marcharse por las montañas del Retín.

Un patio sin vida es algo tétrico, como un espejo sin reflejo, vagabundean los recuerdos pero nadie acude en su búsqueda. Animales nunca hubo allí, pues su dueño tuvo bastante con las ovejas y los perros pastores. Algún gato vecinero pasea a sus anchas buscando ratones desprevenidos.
Aún así, quedan rastros de una vida anterior de felicidad.
Las plantas son otra cosa, ellas continúan su lucha por la supervivencia. El viejo jazmín sigue desplegando un abanico de olorosas flores blancas que nadie recoge, el olivo junto al vacío gallinero extiende sus ramas a la casa del vecino, las malas hierbas han sido podadas por los hijos en previsión de un posible incendio, algunos cactus rugosos se mantienen en pie, otras flores se han secado, el desvencijado portón se oxida a pasos agigantados, el pozo ciego que hacía las veces de separación ha perdido su boca, quizás en un desesperado intento por respirar, la hiedra poco a poco se va apoderando de todo, ella vence a la nostalgia, crece con el abandono.
El agua del grifo no gotea, también está muerta.
Afuera, la pequeña acera se ve invadida por el maestranto como plagas sin cuartel.
No hay canarios que canten al mediodía, no despierta el gallo al amanecer, no se oye el pasar de las hojas del periódico, ni al hombre haciendo empleitas, ni a la mujer regando las flores con mimo, ni un libro que alegre las tardes de soledad, ni niños jugando, ya no hay nada.
Quedan los recuerdos, pasa la vida.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Una cena fría

Es miércoles, llego del cine un poco antes de la medianoche. Toco el telefonillo, nadie contesta. Estará dormida, da igual tengo llave, siempre lo hago en parte por pereza y porque ella sepa que estoy de vuelta.
Subo las escaleras dando saltos, estoy contento, la peli me ha molado, es fantástico ver el cine en 3D.
Enciendo la luz del rellano, me extraño al ver la puerta sin cerrar. Entro, todos los cacharros de cocinar están en el fregadero, el extractor hace un ruido infernal, una solitaria sartén descansa sobre la vitrocerámica apagada, media barra de pan sobre la encimera y el cajón de los cubiertos abierto. Paso de largo y llego al salón.
El hule está puesto, las servilletas perfectamente ordenadas, hay dos cuchillos y tres tenedores sobre la mesa, la televisión está demasiado alta, tres vasos de cristal a la derecha de los cubiertos, dos platos vacíos, picos en una bolsa, y una tortilla francesa fría tapada con otro plato, seguramente es mi cena.
Me dirijo a la habitación de mi madre, pero allí no hay nadie, tampoco en el cuarto de baño ni en mi dormitorio, vuelvo sobre mis pasos y al poner el pie derecho en el salón me doy cuenta de que está manchado de un líquido rojo.
Alargo un poco la vista y allí está ella, inerte sobre el sofá, desangrada.
Grito y me pregunto solamente una cosa.
¿ Porqué ?.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Ondas para Herrera

Todos los que seguimos desde hace años a este genio de las ondas seguramente nos habremos alegrado de que al gran Carlos Herrera le hayan dado un premio Ondas por toda una trayectoria en la radio.

Sin desmerecer a Francino, Hoy por Hoy y otros premiados, yo me considero herrerista, lo sigo vaya donde vaya, tiene algo especial para comunicar aunque no estés en la misma sintonía política con él. Aconsejo que os descarguéis el programa de hoy de los fósforos, de 10,00 a 11.00 horas, ha sido genial, arrepentidos de los tatuajes.

Ah, y a las 08,30 horas, el clásico de los carromatos, indios y hasta el séptimo de caballería, todos los días. No os lo perdáis.

Enhorabuena de nuevo, monstruo.

miércoles, 27 de octubre de 2010

El camino

Un día cualquiera el hombre comenzó a andar, sintió que tenía esa necesidad, nada ni nadie le ataba y sus pies empezaron a moverse, sin rumbo predeterminado. Así, movido por el instinto salió de su ciudad por un camino que utilizaban sólo los animales, se fue poco a poco alejando de su casa con una mochila a cuestas donde llevaba lo imprescindible, un libro, mate, una cantimplora y una foto de su familia. Era el tiempo del otoño, hacía frío, pero él no cejaba, había días que no encontraba a nadie en su caminar, no le importaba, los pájaros eran sus compañeros.
Tras perder la cuenta del tiempo que llevaba así, un día llegó a una montaña a la que el camino llevaba irremediablemente; estaba nevada, las botas se hundían en la espesura, apenas había algún fruto que comer, el hombre siguió hasta que llegó a su cima y se sintió feliz por llegar al final de una etapa. Durmió en el abrigo de unas rocas, por la mañana inició el descenso, luego vino otra montaña aún más alta, ésta ascensión fue más dura, nada más llegar arriba, comprobó que varios dedos de la pierna derecha estaban congelados, la vista era impresionante, se sintió el más feliz del mundo. Perdió esos dedos , continuó andando, con el mismo ánimo, otra etapa más salvada, dejó atrás las tierras del frío, pasó por ríos que desaguaban las aguas de la nieves hasta que llegó a un lugar que no ofrecía más que soledad e inmensidad, sólo calor por el día y frío por la noche, estaba en el límite del desierto, donde nunca pasaba nada. Sin embargo, pudo recibir los espíritus de la oscuridad que le infundieron más moral.
Recorrió dunas y más dunas orientándose con las estrellas por la noche, aguantó despiadadas tormentas de arena, el brillo de millones de cristales de sal reflejando el sol impenitente le dejó casi ciego, pero no paró, había un camino que hacer, las fuerzas no le faltaban y la mente le decía que siguiera y así llegó un buen día a un río que marcaba el límite del desierto, se bañó en él y dejó que su cuerpo descansara.
Cuando le pareció bien, sus pies se pusieron en marcha a través de un sendero que se hacía a cada metro más verde, más dificultoso y más duro. La selva le esperaba, allí una serpiente le atacó y perdió un brazo, pero el hombre siguió andando, aprendió a sobrevivir en ella, se sintió feliz por lo que la naturaleza le ofrecía.
Han pasado varios años desde que conocí su historia, pero el hombre sigue aún andando, nada ni nadie es capaz de frenar su convencimiento. Si lo ven por ahí, intenten aprender un poco de él, se llama vida.

domingo, 24 de octubre de 2010

Un día cualquiera

Ocho y media de la mañana.
Acabo de dejar a Antoñito en la guardería, ha entrado contento como siempre, se nota que es viernes, la carretera está tranquila, hay menos tráfico y casi no se forma caravana al entrar en Sevilla.
En la cafetería hay cierto revuelo, me extraña ver a Luisa la cocinera rulando tras la barra, encima de la vitrina de cristal hay dos cajas de croisants llenos de jamón york y queso, pregunto a Sonia, primero le doy los buenos días y me cuenta que hay un pequeño catering para unas gentes del polígono.
En la esquina de la barra fuman Rocío y su amiga-compañera, han tomado el café y apuran el cigarrillo antes de entrar en la empresa, Borja lee el Marca, el directivo del concesionario apura la tostada mientras ojea el ABC, el montón de periódicos del 20 minutos se apila en la esquina opuesta, acaban de dejarlo, pronto disminuirá aunque siempre terminan algunos en el cubo de la basura al final del día.
Al momento tengo la tostada con mantequilla de Arias ( lata amarilla y azul de toda la vida, nunca porción ) con jamón york, cada día voy variando, unas veces sobrasada, casi siempre los martes, y rara vez una con aceite y tomate, tengo un poco liada a la camarera, pero ella nunca se queja, ni conmigo ni con nadie.
Siempre me busco la izquierda de la barra con un banquete para leer algún periódico, El mundo, el Marca o el Abc, no me gustan los gratuitos, es un momento para degustar el desayuno mirando los artículos con cierto detenimiento, me repatea que llegue algún cliente y tenga que tomar el café con él, porque tengo que engrasar el pensamiento y eso lo suelo hacer cuando me monto en el ascensor para subir a la primera planta ( sí, las escaleras son un coñazo ), pero que yo ando, y bastante.
Saludo al padre de Fernando, el dueño del bar, al que llama el Niño, cariñosamente, son ambos la ironía personificada, da gusto verles el humor que gastan desde las ocho de la mañana.
Hoy hay un personaje nuevo, por lo menos para mí, en la cafetería: nada más verlo lo bautizo como caballo loco, un chino con los ojos inyectados en sangre, con los pelos de punta, de mediana edad, toma café a mi lado. Habla, bueno intenta hacerse entender con dos mecánicos a los que invita a una copa de anís Castellana sin hielo. Pide agua, pero la quiere caliente. Cuando le traen el vaso vierte en él un sobrecito de hierbas verdes que deja asentarse sin echarle azúcar. Los mecánicos le comentan que si el hachís se lo bebe, que no se lo fuma, el chino no entiende nada pero se ríe. Paga con un billete de 20 euros y Sonia le da todo el cambio en monedas de euro. El chino deja el café a medio tomar, hace un gesto con las manos a los hombres a los que ha invitado, ignora las hierbas y se va directo a la máquina recreativa que está al otro lado del bar.
Termino de leer el Marca, pago y me voy. Han pasado diez minutos y Caballo Loco continúa echando monedas, aunque de vez en cuando la maquinita le da algunas para cautivarlo con su música alagadora. Me despido de Fernando, quizás baje a las 11.30 horas a tomarme un máquina, puede ser que el chino continúe allí.
Ah, la cafetería se llama Guadalquivir, por si no lo había dicho, y está en el Toledo II, en la avenida de Hytasa del Cerro del Aguila. Allí estoy todas las mañanas, quedáis invitados.

martes, 19 de octubre de 2010

Eduardo Mendoza

El viernes pasado, cuando fue elegido el premio Planeta de este año, me alegré bastante, primero por su ganador, Eduardo Mendoza, y segundo, por la finalista, una mujer desconocida hasta ahora.

En lo relativo a Mendoza, estoy terminando su novela " La aventura del tocador de señoras ", la cual aconsejo a cualquiera que se quiera reir un poco y alabar el dominio del lenguaje como este escritor lo hace. Es fantástica la ironía que despliega en cada una de sus páginas. Este año lo vi en la feria del libro de Sevilla, pero no me atreví a decirle nada, quizás porque hasta este verano no había leído nada suyo, bueno, miento, " El misterio de la cripta embrujada ", aunque fue en el instituto.

En cuanto a la finalista, me alegro porque quizás uno pueda ilusionarse con el hecho de que no hace falta ser conocido para optar a un premio de este calibre, aunque ésta, la ilusión, sea vana.

domingo, 17 de octubre de 2010

El primer amor

Hola María del Mar:
Nunca antes me había atrevido a escribir una carta a una chica pero hoy cuando te vi pasar por la puerta de mi casa me dije es mi oportunidad todos los días bajas por la mañana por mi calle y algunas veces me hago el encontradizo para hablar contigo aunque sea de ñoñerías otras miro a través del visillo de la puerta sin atreverme a salir tonteo con la pelota en la calle sobre todo ahora que es verano y no hay colegio hasta que a lo lejos veo tu silueta entonces el corazón se me acelera me pongo nervioso pienso las palabras que te voy a decir para no ser demasiado descarado ni tampoco quiero pasar por un niño bobalicón que habla de cosas intranscendentes
Cuando me levanto por las mañanas me miro al espejo, cojo el peine e intento moldear ese tupé que tengo en la cabeza pero no hay manera me compré gomina para intentar parecer atractivo nada no me veo guapo así nunca podré aspirar a nada contigo
De lo que sí estoy seguro es que me has llegado hondo aquí dentro esto no lo había sentido hasta ahora por nadie por desgracia pienso cada vez más que no soy correspondido por ti así que a la desesperada me he atrevido a decírtelo por escrito te quiero te quiero te quiero repetiría estas palabras toda la vida si así tu sintieses lo mismo por mí
tuyo siempre...
El chico tira del folio con fuerza hasta que sale de la máquina. Hace una bola con él y lo tira a la papelera.
Maldita sea, para una vez que soy valiente se me rompe la tecla del punto y la coma de la máquina de escribir. Cuando coja a mi hermano Oscar lo mato, esta vez sí que lo mato, me da igual que sea el pequeño de la familia, el mimado, pero esta me la paga, digo que si me la paga.

viernes, 15 de octubre de 2010

El alma del Guadaira

Siempre recordaré aquella tarde en que bajamos por primera vez a la ribera del río Guadaira. Me sorprendió tanto que lugares tan mágicos estuvieran tan cerca de nosotros, a unos cuantos metros de las casas de Alcalá, pero cuan diferentes los mundos de arriba y abajo. Viejos molinos restaurados cargados de historias, piedras redondas que ya no girarán más con la fuerza de las aguas, la ermita en el cerro, gigantescos árboles creando la umbría necesaria para el deleite del lector, río cargado de vida otrora simplemente arrastrador de inmundicias, porquerías y suciedades, patos ávidos de pan, paz flotando en el ambiente, paseadores, ciclistas, solitarios del mundo buscando algo a lo que agarrarse, pescadores de afición a la búsqueda de su ratito de felicidad, y sobre todo, agua.
Si es verdad que nuestra alma vaga por este mundo cuando morimos, yo pido por favor que se quede allí, y como dijo Ana Belén en una canción: " el lugar donde has sido feliz, siempre tienes que volver ", quisiera que flote por allí por siempre.

jueves, 14 de octubre de 2010

Dependencia

Andrés ronca en la cama de matrimonio mientras su madre, Angeles, pone la lavadora, recoge la cocina con los restos del almuerzo, una vez más ha tenido que comer sola, pues él no se levantará hasta las cinco o las seis de la tarde.
Andrés no trabaja, es más, a sus cuarenta años pocos son los que le han conocido con un pico y una pala en las manos. Nunca quiso estudiar, podía haber seguido los pasos de su padre, militar, pero quizás eso hubiera significado un sacrificio bárbaro. Por eso, durante un tiempo trabajó en lo que hacían la mayoría de los currantes sin oficio ni beneficio, peón de la construcción, pero como no tenía alma de hormiga, sino más bien de juerguista, el dinero que semanalmente ganaba se lo pulía con los colegas en el bar de abajo, o simplemente, en las máquinas tragaperras. Jamás los euros subieron las escaleras del piso, y si lo hicieron en la cartera de Andrés, bajaron a la mañana siguiente, o por la tarde y si quedaba algo, la noche era muy golosa.
Y lo que tenía que ocurrir pasó. No, el chico no se enamoró, no piensen mal, más bien lo contrario, le cogió cariño a otro tipo de enganche, más peligroso pero igual de atractivo, qué digo, infinitamente más libre que los compromisos de pareja. Sí, me ahorro el sustantivo porque ustedes saben a qué me refiero, no, al porrito no, un poco más allá, eso que tanta y tanta gente que consideramos normal se mete.
Como los colegas de noche también le daban a lo mismo y se siente bien, Andrés ahora las juergas las comienza un jueves y las termina un sábado. El resto de la semana aguanta, bebe mucha agua, suda, toma medicamentos contra la depresión, ve muchas horas de televisión, se asusta con las palpitaciones del corazón, se miente a sí mismo, engaña a su madre, se pelea con ella, sus hermanas le han calado ya y le han avisado, pero el chico no ve ningún problema en que de vez en cuando se permita alguna fiestecilla por ahí.
Cuando llega el día de salir, le pide a su madre el dinero que necesita para satisfacer su mono y desaparece. A veces contesta al móvil cuando su madre se preocupa, otras no.
Estos días Andrés no se atreve a asomarse al balcón, debe dinero al suministrador, pero esta vez la cosa está un poco más fea que de costumbre, no sabe cómo podrá pagarle los seiscientos euros que le debe, así que hasta el viernes no saldrá a la calle. Pone las excusas más burdas para no pisar el suelo de la acera, está metido en un problema y lo sabe, pero ya pedirá a alguien por ahí.
Son las ocho de la tarde y Angeles derrama alguna lágrima sobre la colcha del sofá.

miércoles, 13 de octubre de 2010

La noche del perdedor- II

Fuera continúa nevando, hace frío, pero al hombre no le queda más remedio que obedecer, eso es lo que siempre ha hecho en su penosa vida, trabajar y agachar la cabeza cuando su madre abre la boca para cualquier cosa.
Muchas veces deseó su muerte, incluso alguna noche soñó que el mismo acababa con su vida aplastándola con las poderosas manos que había heredado de su padre, quizás lo poco bueno que le dejó, no, seguramente lo único.
La vieja y destartalada furgoneta no quiere arrancar, se muestra perezosa, pero al final enfoca el camino del barranco con las luces encendidas.
Se pregunta qué demonios hace en plena noche, con lo bien que estaría calentándose las manos en la chimenea.
Un escalofrío recorre su cuerpo cuando gira la cabeza.
Por un momento le ha parecido sentir alguien en el asiento de al lado, no es que lo haya visto, es un chispazo con forma humana al que su cuerpo reacciona dando un volantazo, pero se hace con el control del vehículo.
Resuella, el vaho que sale de su boca empaña el cristal. Con la mano derecha comienza a limpiarlo, pero no se atreve a mirar a ese lado, siente miedo, pánico.
En un instante, la luz delantera del coche se apaga, no ve nada.
La sensación de estar acompañado se hace más certera.
Quiere gritar pero no puede, da golpes alocados a uno y otro lado de su asiento con sus manos.
Las ruedas traseras patinan sobre la nieve, el coche derrapa y se va a estallar sobre un viejo abedul junto al río.
Michael se desangra junto a la sangre que vino a borrar.
Una sombra sin huellas sale del vehículo humeante y grita:
" Siempre supe que serías un inútil, hijo ".

lunes, 4 de octubre de 2010

Decepción

Hola papá.
Hoy me he atrevido a escribirte estas letras que no sé si llegarás a leerlas, quizás estés demasiado ocupado con tus quehaceres diarios y tus divertimentos, o puede ser que cuando termine de expresarte todo lo que siento, coja el papel, lo tire a la papelera, lo rompa en mil pedazos o le meta fuego.
¿ Sabes ?, para mí es más fácil transmitir mis sentimientos frente a un ordenador que hablarlas, aunque con mamá es diferente, ella me escucha atentamente, o sabe cómo me encuentro en cada momento nada más que mirándome a los ojos. A veces, mis alegrías y mis penas salen por el iris, por la pupila, como palabras al viento, pero tú nunca te has fijado en ellas, las oyes como el sonido del mar, a lo lejos, para ti no son más que ruido, más fuerte, más flojo, pero simplemente ruido.
He crecido, ya no soy el niño que soñaba con batallas, con montañas a las que derribar, con barcos piratas, con monstruos a los que vencer. Ahora que pienso por mí mismo me doy cuenta de lo que has sido para mí, o más bien, lo que no has significado en mi vida. Muchas veces soñé que jugábamos al baloncesto, que tus tardes eran para mí, fui egoísta en mis pensamientos, pero no menos que tú en tus comportamientos.
Han pasado los años y me cuesta mucho recordar anécdotas contigo, el trabajo, el maldito trabajo que te ocupaba mañanas y tardes era mi peor enemigo, llegué a odiarlo, sin pensar que quizás era solamente una excusa para no estar conmigo; no eso nunca, no podía ser, mi papá tenía que trabajar mucho para ganar dinerito con el que mamá, mis hermanos y yo poder vivir, eso es lo que nos inculcaste siempre, la gran mentira del mundo.
¿ Porqué nos tenemos que quedar con la abuela el fin de semana completo si yo lo que quiero es que me lleves al parque a montar en bicicleta ?, pregunta sin respuesta. ? No quiero dormir en la casa del vecino esta noche, pregunta sin respuesta, ¿ Porqué no viene a comer papá hoy ?, porque tiene mucho trabajo, hijo. ¿ Donde está papá ?, idem, hace cuatro días que no te veo, papá.
¿ Donde estabas entonces cuando tanto te necesité ?, como decía Manolo García. Muchas noches sin el beso de despedida, cuanto añoré que me leyeras un cuento, ir al cine contigo y con mamá, que fuéramos todos juntos al campo, o que me llevaras a mi sólo a ver un partido de fútbol.
Muchos días sentí rabia, otros te lloré, pero esta noche siento pena, no por mí, sino por tí, por no haber querido tener la oportunidad de ser un padre con todas las letras y haberte convertido en un extraño en mi vida.
Lo siento.

viernes, 1 de octubre de 2010

El diario de Colette

Sábado, 23 de Julio de 1992

Querido diario:

Hoy he llegado a Tarifa con mis amigas. Era un viaje programado desde hace mucho tiempo, es el sueño tanto tiempo ansiado. Hemos viajado desde Orly en tren, hasta Algeciras y de allí en bus hasta Tarifa.

Estamos acampadas en el Camping Paloma, junto a la playa de Punta Paloma.

Marie y las demás han querido ir de tiendas por el pueblo y yo no me he podido resistir a ello. Tarifa parece la pequeña Hawaii, con cientos de comercios donde te venden toda clase de tablas para surfear, pegatinas, zapatillas, y sobre todo muchas camisetas con colores fosforescentes.

La noche fue intensa, mucho baile en las discotecas, llegamos casi de día a la tienda de campaña.


24 de Julio de 1992.

Por fin hemos ido a la playa de Valdevaqueros. El agua cristalina invita al baño, aunque está un poco fría, cientos de metros de arena limpia donde poder tomar el sol. Mucha gente hace top less, incluso van desnudos por la playa, aunque nosotras aún no nos hemos atrevido. Preguntamos en una escuela de wind y quizás mañana nos apuntemos. Marie descubrió los baños de barro al final de la ensenada y allí acudimos las cuatro para frotárnoslo por el cuerpo.

25 de Julio de 1992.

Las chicas se han quedado dormidas toda la mañana, pero yo tenía ganas de estar sola, pasear y y leer. He comenzado un libro de Camus, El extranjero, maravilloso. Me senté sobre una toalla en la arena, no hacía viento alguno, la playa estaba casi desierta, así que disfruté de la lectura hasta que unos chicos se pusieron a jugar a la pelota cerca mía.

Continuará...

jueves, 30 de septiembre de 2010

Sobre la Ser

Hace ya tiempo que la exclusividad que mantenía con la cadena Ser la fui perdiendo al son que sus buques estandartes la abandonaban. Lo último y más gordo ha sido la pelea de este verano con la flota de Carrusel Deportivo. Cuando me enteré que Pepe Domingo Castaño, Paco González y todo su equipo, colaboradores incluídos, se iban a la Cope, lo tuve claro.
Aunque estoy en contra de que los obispos manipulen a su antojo con una cadena propia de radio, sí me parece que los directivos de la Ser se estarán mordiendo los labios y otras cosas sabiendo que en el próximo EGM, Carrusel Deportivo no será lo que era.
Sigo con Angels Barceló y Montse Domínguez, dos periodistas como la copa de un pino, pero que no me quiten al Herrera, Ares y Taboada en Onda Cero, ni la rosa de los Vientos, ni La cámara de los Balones con el nuevo Araújo en Radio Sevilla, pero también oigo Radio Gaceta de los Deportes, El Pelotazo, las carreras de Alonso con Carlos Míquel, La Jugada a ratos, para oír como va el Cádiz.
En resumen, que estoy desvariando, lo quería decir es que me trago un montón de horas de radio al día y que sin ella no podría vivir.

martes, 28 de septiembre de 2010

Optimismo

Hoy viene mi hijo mayor a comer con su novia, traen a mi nieto, mi primer chiquitín. Hace dos semanas que no le veo, pero se me han hecho eternas. Voy a prepararles un guiso de chícharos para el almuerzo, seguro que hace tiempo que no lo prueban, como en los viejos tiempos. Digo el mayor pero solamente tiene veintidos añitos, si parece que fue ayer cuando correteaban por las calles de la barriada.
Y además se me casa el más pequeño dentro de dos meses, estoy un poco nerviosa por los preparativos, aunque él me ha dicho que no me preocupe por nada, que ellos se encargan de todo.
Qué tarde es, las diez y yo todavía en la cama. Antes a las ocho ya estaba en planta, cuando tenía que vestirlos y llevarlos al colegio. Hay tiempo, pero la mañana se va volando.
Me levanto, voy al cuarto de baño con los ojos un poco pegados aún. Me miro al espejo, unas espesas lágrimas caen por mis mejillas mojando mi cara. Lloro, el pelo ha desaparecido de mi cabeza, por desgracia no es un sueño, es verdad, tengo cáncer.
Enguajo las lágrimas, me visto, me pongo mi mejor pañuelo en la cabeza.
Tengo que luchar, por mis hijos, por mis nietos, por mi marido, por mí.
Quiero vivir.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Otoño

La noche hace su aparición sobre Facinas. Hoy la luna llena está perezosa, quiere salir pero las nubes que arrastra el poniente no le dejan asomarse, cientos de grillos, miles de ellos emiten una sinfonía animada.
A las once de la noche el pueblo parece desierto. Nadie en las calles, el viento campa a sus anchas por sus recovecos , mundo interior en cada casa, muchas vacías añorando tiempos pasados en los que los veraneantes las hacían suyas, no huele a nada, hoy los hornos de leña descansan esperando recargar fuerzas para la semana, los bares cerrados por vacaciones, comienzan a formarse las bandadas de estorninos.
Once y media, no tengo sueño, qué hacer, una ilusión varios años guardada en el cajón de los pequeños proyectos vitales. Con el coche llego hasta el pantano del Almodóvar, sus aguas quietas, oscuridad absoluta cuando apago las luces; el girar de las aspas de dos monstruosos molinos de los que hasta a Don Quijote asustarían rompe la noche, acompañado de sus molestas luces parpadeantes.
Me siento en el suelo a escuchar a la naturaleza y ésta llega a mí en pocos segundos. Primero uno lejano, luego otro cerca del Cortijo, otro más en el valle, uno con eco entre los claros del bosque, rivalizando entre ellos a cual emite el sonido más duradero y potente.
Los venados berrean y berrean para demostrar ante las sumisas hembras su poderío. Es el celo previo al apareamiento. Luego volverán a lo más intrincado de la sierra, entre los matorrales, en la espesura.
Comienza el otoño.

jueves, 23 de septiembre de 2010

" Crónica de sucesos "

Noticia aparecida en " La Voz de Asturias " el 02 de Noviembre de 2000.

" Un hombre fallece al caerle una gran piedra mientras tenía relaciones sexuales con una gallina".
Agencias.- Un vecino de " Barco de LLanes ", F.G.M., más conocido en el pueblo como " pitu inquietu " ha aparecido muerto en las inmediaciones del Puerto de Llanes al caerle una piedra de más de una tonelada de peso. Lo curioso del asunto es que, tal como puede advertirse en la fotografía, el señor estaba practicando sexo voluntario con un animal, concretamente con una gallina de la raza hispánica, o gallina común.
Al cierre de la edición desconocemos si el ave era suya ( de ahí la frase la gallina es mía y hago lo que quiero con ella ), o si fue robada ex profeso para la ocasión.
Tampoco sabemos si el animal que como se aprecia también falleció en el acto ( no el sexual, sino en el de que le cayera la mole ) se resistió o no, y las razones que le llevaron al hombre hacerlo frente al mar, suponemos que pensó que era más romántico o morboso, quién sabe.
La familia ( del fallecido ) no ha querido hacer manifestación alguna, como es lógico.
Un miembro ( no del fallecido ) de la otra familia ( la de la gallina ) sí expresó su deseo de interponer demanda por abusos deshonestos, declarando asimismo que sus abogados tenían ya los datos del desgraciado accidente.

martes, 21 de septiembre de 2010

La ratita presumida 2- Y fueron felices...

Y fueron tan tan felices que en vez de comer perdices se dedicaron a lo que hacen los recién casados,( como es un cuento infantil hay que eliminar algunas palabras que pudieran hacer pensar lo que no es, ustedes ya me entienden ) pero como eran ratones a las tres semanas la familia feliz ya sumaba al menos siete miembros, a los dos meses la pequeña casita de la ratita presumida se había llenado de ratoncitos hambrientos y a los seis, el vecindario estaba escandalizado, además de asustado porque los pequeños roedores se comían todo lo que pillaban. Lo último habían sido los buzones de correo, ya que la madera era de mala calidad, acabaron por devorarlos todos.
El señor ratón fue a ver al alcalde pidiéndole que le buscara un trabajo con el que mantener a toda la familia, pero éste le dijo que con la crisis no tenían ni para tapar los agujeros de sus hijos de la calle.
Con el transcurrir de los meses el asunto traspasó las fronteras de la zona donde vivía la familia ratonil, llegando hasta el rey la noticia de la existencia en su pueblo situado en los confines de su territorio invadido por cientos, miles de pequeños bichitos con bigotes. Las despensas reales no quedaban muy lejos de allí, así que ofreció cien monedas de oro para quién fuese capaz de acabar con esa plaga.
Por el pueblo pasaron en pocos días cientos de aventureros a la búsqueda de riquezas, con resultado negativo en todos los casos. Los ratones seguían invadiéndolo todo, acabando con cosechas en pocas horas y devastando todo a su paso.
Pero hete aquí que un día apareció un personaje extraño, medio juglar, medio loco, tocando un instrumento musical desconocido en aquel país. El rey lo recibió con desgana, desconfiando.
Ese mismo día, al son de la gaita de Carlos Núñez, un ratón primero, luego otros muchos, cientos, miles de ellos se alejaron del pueblo para siempre.
Y colorín colorado este cuento se ha ...
Bueno, no exactamente.
Al pasar Carlos por el puente sobre el río Miño, un hombre canoso, con una carpeta y una calculadora lo paró. Alto, ¿ Ha pagado canon por su música ?, no pues según el reglamento de la SGAE usted debe pagar por cada uno de los oyentes de sus canciones, así que prepárese.
Y colorín colorado, la SGAE las monedas de oro se ha llevado.

lunes, 20 de septiembre de 2010

La ratita presumida

Como cada mañana, la ratita barría la puerta de su casita, mientras miraba a uno y otro lado de la calle observando y sintiéndose observada por todos los que por allí pasaban. Ese día estaba más radiante si cabe, pues se había vestido con el mejor vestido de color rosa el cual realzaba su menuda pero estilizada figura, haciéndole juego con el lazo que recogía su larga melena. Se sentía bella y como todas las ratitas de los cuentos, ella también era muy muy presumida.
Estando en ello, oyó un sonido estruendoso que le hizo sobresaltarse. A su puerta se acercó un burro que le dijo:
¿ Ratita, ratita guapa, te quieres casar conmigo ?.
Esta lo miró con cierto desdén y le contestó:
¿ Y por la noche qué harás ?.
Rebuznar y dormir.
Pues contigo no me he de casar.
El animal se alejó con movimientos cansinos.
Al momento, un ladrido hizo que soltara la escoba y mirara a su espalda. ¿ Quién eres tú ?.
Soy un perro y vengo a casarme contigo.
¿ Y por la noche qué harás ?
Ladrar, ladrar y ladrar.
No, no, contigo no me he de casar, así que te puedes marchar.
Acabando la faena, pasó delante suya un apuesto ratón que se atusaba los bigotes mientras la miraba descarado. Se paró frente a ella, metió las manos en los bolsillos del pantalón gris a juego con la chaquetilla y el chaleco y silbándole le dijo:
Mi ratita presumida, ¿ Sabes para qué he venido a verte ?
La ratita se puso colorada al momento, le devolvió la interesada mirada y le preguntó ¿ Vienes para casarte conmigo ?
Pues claro, desde que te vi no he podido parar de pensar en ti.
¿ Y por la noche... qué me harás ?
Tú que crees.
La ratita se puso aún más azorada de lo que estaba ( perdón por la cursilada, pero no quería caer en el borderío, dejo al lector un sinónimo más apropiado ), agarró al ratón llamado Valentino por el brazo, y se fue con él a su casita, no sin antes decirle:
" Contigo si me he de casar ".
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Africa

Paso todas las mañanas por la Avenida de la Paz en la confluencia con los Bomberos, a eso de las 8.30 horas y ya está allí, perenne, con su gorra de color, pantalón vaquero y camiseta. A veces llega en bici, otras en su coche. Viste elegante.
Es un inmigrante africano, keniano, un negrito que vende pañuelos de los que vemos en todos los semáforos de Sevilla. Ya se ha hecho amigo de casi todos los que pasan por allí.
Tengo su currículum por si me entero de algún trabajo para él, porque está cansado de vender, porque él no pide, tiene dignidad, estilo, saber estar, es un pobre hombre que busca un futuro mejor.
Otra de las imágenes de Africa.
Un con papeles pero sin esperanza.
Va por ti, espero que tengas suerte en la vida, te lo mereces.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Esos pequeños seres

Tuviste que ser tú, precisamente tú, quien viniera a verme esta última noche antes de la ejecución.
No sé si hay alguien ahí arriba, pero si existe, conmigo se entretuvo en jugar y la broma le salió buena.
Maldita seas, siempre te lo dije, malnacida tú y todas las de tu estirpe.
Te voy a contar porqué estoy aquí, aunque con la forma en que me miras parece que la historia ya la sabes.
Desde pequeñito las odiaba, era algo superior a mí, no podía, cuando veía alguna huía despavorido. ´
Los niños de mi barrio lo sabían y un día me metieron una entre los pantalones. Ese fue el desencadenante de mi horror más profundo.
Aquel día había bebido más de la cuenta, lo reconozco, pero quién no bebe con veinticinco años un sábado por la noche. LLegué tarde a casa, mi hermano mayor estaba viendo la televisión, recuerdo que era la serie " Con ocho basta ", no lo olvidaré jamás.
Cuando me acerqué a él, algo me cayó en la cabeza desde la lámpara. En principio no supe que era, con la borrachera, pero al momento me di cuenta de que era ese ser infecto, cogí lo primero que vi, un bate de beisbol del suelo y comencé a perseguirla hasta que la muy zorra se subió encima de John, con la mala suerte de que le estampé el bate en toda la cabeza, desgraciándolo para toda la vida.
Y aquí estoy, cinco años después.
¿ Quién me iba a creer ?.
Todos pensaron que me dio un ataque, que perdí la cabeza, que el alcohol me había afectado más de la cuenta, pero aunque grité la verdad, nadie me creyó.
Y hoy vienes a verme tú, maldita cucaracha.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Alvite

El viernes pasado se incorporó al programa de Carlos Herrera, " Herrera en la Onda " la maravillosa voz de José Luis Alvite. En principio hará sus crónicas desde el Savoy hasta que le dé la gana, porque él es así.
Personajes como éste son necesarios en la radio porque ofrecen algo distinto, personal, inconfundible.
Son genios de la palabra, metáforas de la vida plasmadas en una voz genuina.
La crónica negra de su mundo irreal, historia viva de una época pasada de la américa de gansters, chulos, muertos, música y coches de lujo.
Ha vuelto Albite.
Reabrió el Savoy.

viernes, 10 de septiembre de 2010

El paraíso




Llevamos varias lunas en el poblado alejados de toda vida civilizada. Nuestra situación podría calificarse como de calma, pues tenemos comida en abundancia, agua toda la que no seríamos capaces de beber jamás, no hay enemigos a la vista y creo que nadie nos espera, pues seguramente nos habrán dado por muertos.


Los miembros de la tribu jabuoé nos tratan bien y tenemos libertad para movernos por los alrededores del río, aunque sí es verdad que algunos de nosotros sienten nostalgia de sus familias que quedaron al otro lado del océano, y no sabemos cómo saldremos de aquí, pues nuestra chalupa se deshizo en mil pedazos.


Nos entendemos por señas, su idioma es totalmente desconocido, no se parece en nada a nuestro castellano, ni siquiera al latín.


Ellos van totalmente desnudos, algunos de los soldados, los más jóvenes ya han tenido relaciones con las mujeres indígenas, pero yo aún me resisto, pues mi creencia en Dios no me permitiría tener descendencia sin estar casados y aquí parece un poco complicado hacerles ver que la religión católica es la nuestra y debe ser la suya.



Ayer descubrimos al anciano de la tribu, el respetado por todos, echando humo. Se metía unas hojas secas muy apretadas entre los labios, cerraba los ojos y al momento lo expulsaba por una boca muy abierta. Incluso podría jurar por mi único Dios que también un olor nauseabundo salía de su nariz, acompañado de bocanadas. Parecía entrar en éxtasis. Debe ser cosa de brujería.



Todo esto lo cuento para que si algún día salimos de aquí no me tomen por loco o demente.



A veces pienso que soñamos, cuando veo a las aves de múltiples colores, colas imposibles, monos que chillan, arañas inmensas, serpientes que comen seres humanos, árboles cuyas copas no se ven de lo altos que son, cientos de mariposas, peces de río que son capaces de quitarte una pierna si notan tu presencia.
Mi capitán, don Alvar Núñez piensa que aún nos queda mucho por descubrir, pero yo preferiría que si he de morir que mis restos se quedaran en esta tierra para siempre.
Ciertamente, el creador que todo lo hizo, aquí se detuvo más de siete días, es lo más bello que jamás vieron mis ojos.
Si esto no es el paraíso es que no existe.


Manuscrito depositado en una botella de ron y encontrado en las márgenes del río Iguazú en Argentina.

lunes, 6 de septiembre de 2010

" Te amaré "

Con la paz de las montañas te amaré
con locura y equilibrio te amaré
con la rabia de mis años
como me enseñaste a hacer
con un grito en carne viva, te amaré
En silencio y en secreto te amaré
arriesgando en lo prohibido te amaré
en lo falso y en lo tierno
con el corazón abierto
por ser algo no perfecto te amaré.
Te amaré, te amaré,
como no está permitido
te amaré, te amaré,
como nunca nunca se ha sabido,
Porque así lo he decidido
te amaré
Porque así lo he decidido
te amaré
Porque así lo he decidido,
Te amaré
Te amaré...


" Miguel Bosé ".


Una de mis canciones de amor que han marcado esta humilde vida.

lunes, 30 de agosto de 2010

La sueñera tres

Quizás sea éste el sueño más recurrente que me viene a la cabeza incluso estando despierto:

. Abro los ojos y veo mar a mi alrededor. El sol se marcha tras el horizonte, yo me quedo aquí. Otra noche más no sé si podré soportarla, aunque sea por amor propio debo sobrevivir. No siento los brazos, mi ropa son puros jirones, tengo llagas en la espalda y la madera a la que me agarro es mi única compañía.
He perdido la cuenta de los días que llevo sin probar nada de comida, ni un maldito mendrugo, el agua de mar me hace más mal que bien pero no tengo más remedio que beberla.
Ni los peces vienen a visitarme.
Aún tengo la esperanza de que algún barco pase cerca y pueda rescatarme.
Aunque sea, sólo eso, esperanza.

domingo, 29 de agosto de 2010

Mi primera experiencia

Esta mañana llegó un momento muy esperado por mí.

Nada menos que treinta y nueve años.

Soñaba con subirme encima de ella.

Sentir su macizo cuerpo debajo mía.

Aunque el resultado no ha sido tan más satisfactorio como quería.

Ella está bien, yo tengo el tobillo " to desollao ".

Sí, tengo que reconocerlo ante el mundo,

Hoy he montado por primera vez en bici.

Mañana tocará otro màs intenso.

Eternidad

Y de repente, la oscuridad.

Ni día ni noche.

De la sombra a la penumbra, un paso.

De la penumbra al vacío, el definitivo.

No tengo miedo a la nada.

Sé lo que me espera.

Sólo temo al tiempo.

Y espero que no sea infinitivo.

jueves, 26 de agosto de 2010

La sueñera-parte segunda

Su sensual boca me pide que la bese, a pesar de las advertencias. Es imposible resistirse, el deseo me puede, me entrego a ella con toda la pasión de la que soy capaz.
Al principio sus carnosos labios me producen placer, pero comienza a presionar cada vez más hasta que mi boca entera es tragada por la suya. No debí aceptar la proposición de tomar a la mujer pulpo. Maldita bruja.
Entro en el bar, me siento en una mesa de la esquina, pido una copa de vino de la casa mientras observo las fotografías de las paredes. Entre ellas un cartel llama mi atención: "Tome los filetes de ternera que quiera por ocho euros ". Levanto la mano y llamo al camarero.
Dígame.
- Quisiera la oferta de allí, y señalo la pared frente a mí.
Dos horas después continúo tragando filetes a la plancha. No puedo más, quiero parar pero el camarero mayor que me atendió antes no para de acumular carne en la mesa.
Le digo que voy a reventar, pero él me comenta: Lo siento, en este bar somos muy serios y lo que pide el cliente es servido.
- Por favor, quíteme esos filetes de la mesa, me dan ganas de vomitar.
¿ Usted ha leído bien el anuncio ?.
Sí, ponía que podía comerme todos la ternera que quisiera.
No, ahí pone que podrá comerse toda la ternera que quiero.
¿ No es lo mismo ?.
No, usted se va a comer toda la ternera que quiero yo, y en la cocina quedan aún dos kilos que se van a echar a perder, así que haga estómago por las buenas o por las malas.
El camarero cierra las puertas del local, baja las persianas y se sienta a esperar.

miércoles, 25 de agosto de 2010

La sueñera

En el reciente viaje a Argentina encontré un libro de Ana María Shúa, escritora de cuentos de allá, que andaba buscando. Se llama La Sueñera y son microrelatos todos relacionados con el mundo de los sueños. Este es mi modesto homenaje a ella.
. El impresionante macho se acerca, lo presiento, y viene con ganas de guerra. Aunque quisiera no podría huir, es más rápido que yo. El tiburón blanco, el terror de los mares está ya junto a mi cuerpo, creo que es el fin... Uff, menos mal, aún no asimilo que soy una ballena más grande y fuerte que él.
. Cuento ovejas para dormirme: La primera cae por el precipicio antes de llegar a mí, la segunda es atacada por una jauría de perros salvajes, la tercera no puede saltar la valla, la cuarta está dando de mamar a su cría, la quinta tiene fiebre y hoy tampoco vendrá, la sexta está siendo sodomizada por el macho cabrío, la séptima duerme, la octava prefiere la sombra del árbol, la novena come hierba. No, decididamente esta noche tampoco podré conciliar el sueño.
. Estoy siendo acosado en una habitación cerrada por los anuncios de la teletienda. Si salgo vivo de esta prometo no quedarme dormido más viendo la televisión.
Continuará.

martes, 24 de agosto de 2010

A Miguel

En la historia de Facinas, Miguel no creo que sea uno de los que pase por destacar por algo, pero a este pequeño ser, casi de mi edad, que el otro día se marchó para siempre, por sufridor, por desgraciado en nacer en una familia de alcohólicos, porque conviví con él bastantes desayunos, por las lágrimas que derramó por mi padre ( seguramente Juanini estará hoy arreglándole otro día más la bicicleta cochambrosa con la que todas las mañanas bajaba a hacer la compra ), o por ese otro Miguel que fue su ángel de la guarda, su amigo y confidente en la tierra, por sus hermanos Niní y José, o por quién se quiera acordar de él, le dedico este cuento.
“ Un día especial “

La madrugada está siendo fría, muy fría, demasiado. Allá arriba Miguel se revuelve sobre las sábanas y nota una sensación extraña, tirita, le castañean los dientes. Oye el gallo cantar, le parece que lo hace de forma diferente.
Hoy es domingo, se puede quedar un ratito más en la cama, pero no puede estar más tiempo, tiene demasiado frío. Se acerca a la chimenea aún con la ropa de dormir y se calienta un poco las manos, pero la boca no la puede parar. Nadie en la casa parece que se haya levantado aún, clarea por el tragaluz de la cocina. Mira el reloj, las ocho y media de la mañana.
Se oye el ladrido lastimoso de los dos perros en la puerta. No avisan de la llegada de nadie, simplemente le llaman a él. La abre para que entren, cuando entra Canela se fija un poco más allá y lo ve, lo ve todo.
Todo es todo, no hay verde de los árboles, ni marrón del barro, ni color amarillento de la tierra del carril que lleva hasta su casa, todo es blanco, blanco y más blanco. Dios, qué es aquello.
Deja abierta la puerta para que la visión no se le escape al cerrarla, coge un gersey, se pone los pantalones encima del pijama, las botas, la vieja bicicleta aparcada junto al lavadero y al pueblo, a Facinas.
Tiene que decirles a todos que él ha sido de los primeros en ver el manto blanco. Conforme va bajando la empinada cuesta se da cuenta tiene que echar mano de los frenos, pero la bicicleta no le hace demasiado caso y por la primera curva a la derecha Miguel sale volando cayendo de bruces sobre un gran chaparro.
Por un momento, no sabe cómo reaccionar.
Sus ojos, su nariz, hasta su boca se han llenado de nieve, está fría y muy fría. Se limpia un poco y reanuda la marcha.
Mira a un lado, a otro, hasta la sierra de Fates está nevada, es impresionante.

Cuando el sol comience a aparecer por las Cabrerizas y disuelva la gran nevada Miguel ya habrá hecho guerras de nieve con los gentes de Facinas, y hasta un muñeco, pero sobre todo, habrá sentido que la vida puede llegar a ser por momento feliz entre tanta desdicha.

Gracia gaditana

Muchas veces se ha hablado de que en Cádiz hay gracia a borbotones, y no es por presumir, ni chauvinismo, pero hay que reconocer que en cualquier sitio te encuentras con alguna manifestación de ella.
El viernes pasado, en la playa del Chorrillo en Rota, en un chiringuito había un cartel escrito con tiza que decía:
" Tenemos ortiguillas, pijotas, chanquetitos. "
Y abajo:
Prohibido hablar de " la cosa ".
Sobra el comentario.

martes, 10 de agosto de 2010

Tiempo

Cinco minutos tarda Marta en devorar un bocadillo de jamón.

En dos escasos minutos, El Peter Pan Bético es capaz de acabar con un paquete de gusanitos.

Antonio se zampa una chuche en un minuto.

Cinco segundos, sólo cinco segundos necesitó la bomba atómica para hacer desaparecer una ciudad como Hiroshima.

En cinco minutos habían muerto más de 125.000 personas inocentes.

En un día 75.000 más fallecieron.

Que las masacres no se olviden.

Ni siquiera para los ganadores de las guerras.

Tiempo es lo que falta para perdonar y olvidar.

Y no precisamente poco.

domingo, 8 de agosto de 2010

Rutina

Domingo, doce de la mañana, mesa de terraza en una calle tranquila de Chipiona.
Suena un dado dentro de un cubilete rojo, cae al fin.
Seis.
La mano derecha del hombre mueve la ficha roja y vuelve a tirar.
Cinco.
Ella repite la operación con su cubilete amarillo.
Tres.
Su segunda ficha roja alcanza a la tercera de él y la manda a la salida.
Nadie habla.
Se oye la caída del dado sobre el tablero.
No hay signos de alegría en su rostro cuando ella gana la partida.
Ni siquiera se miran.
Ambos peinan canas.
La rutina juega la partida siguiente, y la otra, y la otra.
Y gana.
Esta es una historia verídica, ha estado vagando por ahí un año hasta que hoy se decidió a salir.
Un domingo pasé por una calle vecina y me paré un momento a ver una pareja jugar al parchís.

jueves, 5 de agosto de 2010

¿ Demasiado tarde ?

Me dirijo a ti esta noche solitaria de verano.
No sé si será demasiado tarde.
A lo mejor yo no soy el más indicado para decirte nada, pues no soy ni juez ni parte en este problema, seguramente, si te lo dijera a la cara me dirías que me metiera en mis asuntos, que no soy tu familia, ni alguno de tus amigos, si es que aún los conservas.
Pero como he visto la vida desde un poco más allá, creo que te puedo decir que basta ya, que de nada sirve la retirada de denuncias.
Las promesas no son tales con una bofetada por medio, ni siquiera el chantaje de los niños.
Apóyate en tu familia si hace falta, pero por favor, retírate de él, que ningún bien te va a hacer.
No quieras luchar por algo que ya ni siquiera agoniza, pues te va la vida en ello.
Que coja sus animales y se marche a donde sea, eso a ti no te tiene que importar.
Pero si aprecias tu vida y la de tus hijos, vete de su mundo, aléjate lo más lejos posible.
No me gustaría que tu nombre saliera en la prensa.
Sé que este mensaje jamás lo leerás, pero sentía en la necesidad de contarlo.

La banda sonora de mi vida

Ayer, en un viaje relámpago a Facinas, me di el gustazo de volver a encontrarme con Sabina.
A toda voz, sólo en el coche, oyendo las canciones clásicas en el acústico de hace unos años descubrí el sentido de viejas canciones que nunca me había parado a oir detenidamente.
Y me di cuenta de que en muchos momentos de mi vida ha estado presente este personajillo.
La cinta de Joaquín Sabina y Viceversa ( Ocupen su localidad, Princesa, Rebajas de Enero, Pongamos que hablo de Joaquín, allí descubrí por primera vez a ese monstruo que es Javier Krahe, Pongamos que hablo de Madrid, Juana la Loca ) que me grabó José Luis el de Algeciras fue el acompañante nuestro en las tardes de Bup, tardes de estudio en la planta alta de mi casa ( mi pequeño refugio ), el descubrir otra poesía diferente a la que se estudiaba en el instituto. Eran también tardes de soledad y de desamor, de primeros amores no correspondidos.
Luego, los veranos siguientes, de noches en el pub, fue el descubrimiento de " La Mandrágora ", con Alberto Pérez y Javier Krahe ( disco anterior pero que yo descubrí tarde ).
Hubo una época triste, la del Hombre del Traje Gris, que como sus canciones, no me traen demasiados buenos recuerdos.
Del 92 en adelante, fueron los años de la pasión, con la cinta que Gema me grabó del Sabina más ronco, sarcástico como pocos, la del Pirata Cojo.
Volví al Sabina de Viceversa con los dos discos en directo, que me redescubrieron otras versiones, maravillosa " Calle Melancolía ", " Ruido ", " La Magdalena ", en la que Sabina volvía a reírse de la vida, o con ella, muchísimo más irónico que nunca, pero con la profundidad que dan
sus letras.
El reciente viaje a Argentina significó el reencuentro con él, pues los argentinos lo consideran más suyo que nuestro. En todos los hoteles sonaba y como me hice amigo de los camareros, pues les pedía las canciones que quería. Incluso uno se confesó que su mujer había tenido un percance con él cuando ella limpiaba un hotel años atrás.
Momentos inolvidables con su banda sonora, nevadas eternas.
Esta noche estoy descubriendo el último disco suyo, " Vinagre y rosas ",
Cuántos momentos nos quedan por vivir con él, espero que muchos.

lunes, 19 de julio de 2010

Un camino sin retorno

Pequeñas figuritas se desparraman a lo largo de la azotea. Algunas en bolsas, otras sobre el suelo, todas describen la ausencia del calor humano. Son pasado ya, este año no tendrán uso en una mesa de salón, acabarán en la basura, como las bolas del árbol de navidad, las figuritas de porcelana que adornaban el mueble-bar no hace mucho tiempo, como los recuerdos de tantos años en Alemania como emigrantes, objetos inútiles que Antonio fue guardando en el cuarto de la planta de arriba, compañeros pasivos de juegos de la gata negra, de sus crías y hasta de la perrita simpática que movía la colita a los niños de la casa vecina.
En la terraza no hay flores, ni siquiera aquellas macetas secas, solamente la lámpara incrustada en un azulejo que los encargados de la limpieza no pudieron despegar. Los dos dinosaurios verdes de goma que intentaban asustar también han desaparecido. El camión de la basura los recogió como a tantos otros recuerdos.
También se llevó los disfraces que él usaba cuando llegaba el carnaval de CHipiona.
Se fue María y también Antonio veinte días después.
No volverán.
En la puerta de su casa aún permanecen sus nombres y apellidos en una plaquita que con tanto esmero encargó él.
El buzón está vacío.
Eran mis vecinos.