jueves, 29 de diciembre de 2011

El regreso.

Treinta días y todo un mundo por construir.

Un solo paso hacia las caricias, los besos, los abrazos.

Treinta días para sentir, conocer, amar.

Pero también para la realidad.

¿ Cómo será ?.

Quién sabe.

Mejor esperar.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Nochebuena

La soledad viaja en un viejo coche que recorre las calles vacías de la ciudad.

Hasta las putas se refugian de ella.

No es una noche más.

Es la noche de los que huyen de sí mismos.

Son autómatas que ansían lo que los demás tienen: calor.

La rutina los engullirá el resto del año, pero esta es su única noche.

Son los protagonistas de la historia

La que se escribe con renglones torcidos.

O la que seguramente jamás se escribirá.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Cena de Navidad

En esta noche especial todos se arremolinan entorno al jefe, que antes de comenzar la cena, se dirije a la familia como es tradición desde tiempo inmemorial.

Este año ha sido muy duro para nosotros, lo sabéis.

Hemos perdido a uno de nuestros miembros, lo recordaremos siempre.

Otro marchó a Europa, quizás algún día podamos verle entre nosotros.

Pero no es tiempo de lamentos, sino de fuerzas hacia adelante.

No podemos dejarnos vencer, hay que seguir en el día a día.

Hay crisis, sí, pero entre todos continuaremos, para eso somos una familia.

Estamos aquí para vivir.

Hay un silencio que se rompe con una gran ovación.

Luego la gran cena.



Y es que hasta para los tapires de la selva llegan malos tiempos.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Un hogar donde vivir

¿ Hay alguien ahí arriba ?, preguntaba el hombre dentro del pozo.

Llevaba varios días metido en aquel hueco profundo y seco.

Cuando cayó por accidente buscando setas sintió en principio un dolor inmenso en la cadera, luego claustrofobia y por último hambre.

Pero a todas ellas se llegó a habituar.

Con el paso de los días, el dolor había remitido, se tranquilizó y pudo respirar tranquilamente. Bebía de una pequeña rendija situada a media altura que escondía el agua de la lluvia; y comía algunas plantas, además de caracoles y algún que otro pequeño reptil.

Ahora había alguien allá arriba, quizás su salvación, seguramente.

Quiso gritar, pero algo dentro de su mente se lo impidió. Un miedo profundo, igual que el pozo, hizo que no pudiera articular palabra: por su mente corrieron miles de supuestos, un ladrón, un abusador, alquien con una escopeta que pensaría que le estaba robando sus frutas, incluso un terrorista.

La sombra se acercó a brocal, miró hacia abajo, pero todo estaba en silencio y era tal la profundidad que no vió nada, más aún con el reflejo del sol al levantar la cabeza.

Tal como llegó, eso se fue.

Allá abajo quedó el hombre tranquilo, sereno.

Al fin y al cabo, eso es lo que él buscaba un hogar, solitario, eso sí, pero su hogar.

martes, 20 de diciembre de 2011

Una mañana plácida de domingo

Cientos de cigüeñas surcan los cielos azules de Dos Hermanas.

Los niños se arremolinan en los asientos de madera esperando al cuentero.

Poco a poco va llegando gente a la plaza del Arenal.

Es feria del libro.

Mañana de domingo fresquita pero con un sol que alegra las caras.

Los libreros se afanan en colocar y recolocar sus productos.

Yo observo desde mi silla instalada para los autores locales.

Una chica ( eufemismo para decir que no sé su edad, aunque me supera seguro ), firma ejemplares sin parar a 18 euros sobre un tema de lengua, no es novela. Tiene muchos conocidos y alumnos.

Yo la observo mientras como sus gomines.

Cuando me voy a marchar con el zurrón vacío o lleno según se mire, vamos que no vendí ni uno de mis ejemplares de Don Quijote, la última aventura " un chico treinteañero se acerca a mí y me pide dinero. Hago el gesto de decirle que no, pero Almudena, la chica que está hablando en ese momento conmigo se pone a hablar con él, le conoce. Tiene una cara alegre, viste un gorro de lana, un pantalón vaquero y tristeza en el alma. No tiene reparos en decirnos que ha pasado algunas noches al raso y que lo hospitalizaron una de ellas por hipotermia. Hace tiempo que regresó de Inglaterra donde se fue a soñar y a vivir aventuras, pero los excesos le trajeron aquí maltrecho. Cuenta que ha conseguido una noche en el albergue, que por lo menos no pasa frío, que el de Dos Hermanas lo tienen para gente de fuera, aunque está casi vacío. Habla de su relación inexistente con su padre, espíritus contradictorios parece.

Le damos algo de dinero, le deseamos suerte, el sigue su camino pidiendo, pero eso sí, sin robar, lo tiene claro, además sabe que el camino de la perdición está cerca si se aleja a él.

Cientos de cigüeñas siguen recorriendo el cielo ahora más turbio de Dos Hermanas.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Malos tiempos...

No señor, no son buenos tiempos ni para la lírica ni para casi nada...

Y menos si uno lee la prensa o ve la televisión. A saber...

Unos politicuchos que dicen querer salirse de España pero continúan trincando del bote.

Otros impresentables que vienen al Congreso a mofarse de todos nosotros.

Los notarios inician expedientes de regulación de empleo.

Cayetanito se comporta como un señorito de los de antes.

A Undargarín le tienta el dinero fácil y se lo lleva crudo.

Y Antonio Gala se despide en vida de los que le seguimos.

Malos tiempos, sí señor, malos.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Mamushka

La niña mira el escaparate y en su boca nacen mil sabores.

Como si de una conocida muñeca rusa de madera, decenas de ellas se arreciman entre los chocolates dando nombre a la hermosa chocolatería de la avenida Mitre.

Cae la noche, comienza a hacer frío, es Mayo.

Intenta entrar, pero el vigilante de la puerta se lo impide.

Apenas tendrá siete u ocho años.

Sus ojitos suplican un trozo de ese olor intenso que sale de la entrada.

Es una indígena más entre los pobres que pululan por Bariloche.

Cae la primera gran nevada del año, en pocos minutos los coches circulan a duras penas, la calle se despuebla y allí continúa ella.

No tiene ropas de abrigo.

Quizás la estén esperando, a lo mejor su madre ande suplicando algo de comida con sus hermanos por la ciudad, o a lo peor ni eso.

La tienda baja el escaparate.

Ella espera.

Al fin, el vigilante se apiada y le da un trozo de pan que le ha sobrado de la merienda.

Sonríe agradecida.

Podría llamarse Mamushka, como la muñequita rusa, o como el mejor chocolate del mundo.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Atardecer

Cae la tarde sobre la ciudad.

El sol se aleja por el Aljarafe dejando una estela de figuras fantasmagóricas de diversos colores a cual más fantástico.

El ruido es escaso.

Cae la tarde de otoño.

Un conejo cruza a varios metros e inicia una escapada fugaz a una velocidad endiablada.

El campo rezuma vida, el manto verde crece por minutos.

La encina solitaria es testigo diario de las idas y venidas de cientos de mirlos, pinzones, garcillas, que recorren el horizonte.

Huele a campo, a leña de chimenea, a humedad, a recuerdos y a nostalgia.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Oda a mi gato

A ti, fiel oyente de mis desvelos.

Corazón inflado de paciencia.

Siempre estás ahí para oírme.

Nunca te quejas.

Tus pequeños ojitos negros parecen escrutarme y yo siento como me comprendes cuando me quejo de la vida tan asquerosa que llevo.

Para qué querer a otros, chuchos que me crearían otras obligaciones y que seguramente no serían capaces de entenderme.

Cuando llego a casa sé que estarás detrás de la puerta esperándome con la colita estirada, que yo te cogeré en brazos y te pondré en nuestro sofá.

Veremos juntos las películas, siento que eres mi mejor amigo, mi único amigo.

Por eso, te tengo que decir aquí y ahora algo que ni siquiera he sido capaz de confesar a ninguna chica.

Te quiero Lucas.

Te quiero, pequeño gato de porcelana.