miércoles, 25 de abril de 2012

Necesidad

Tus recuerdos se desvanecen poco a poco en mi mente, siento terror ante esta  situación, lucho por recuperar tu sonrisa, tu voz, tu cara, los momentos vividos contigo.

La batalla la estoy perdiendo, el tren de la vida me está arrollando y tú te estás quedando cada estación en un vagón más atrasado.

Tengo la necesidad de sentarme y buscarte, allá donde estés, en el cielo, en el infinito o en mi memoria, pero debo encontrarte.

Quizás la obsesión me puede, quizás un pájaro fugaz me traerá tus recuerdos en el momento en que menos lo espere.
Seguramente que sí, algo dentro me dice que volverás a mí como el viento, a ráfagas, intenso a veces, casi imperceptible otras.

En ese momento quiero estar despierto, no quiero soñarte.

Los minutos serán eternos, los años no habrán pasado.

Te quiero, papá.

lunes, 23 de abril de 2012

Día del libro

En la quietud que marcaba la oscuridad más absoluta de la que se tendría noticia por los siglos de los siglos, allí donde hasta las sombras pasaban miedo de sí mismas, donde la luz era una palabra desterrada a la mazmorra más alejada, emergió él, desde los confines del más disparatado, rocambolesco, mágico, maravilloso y eterno libro, de la pluma de un loco como él, y como un sol que todo lo puede, con su increíble sed de aventuras iluminó el universo, lo hizo suyo y así será por siempre jamás.

Felicidades Sancho.

Felicidades, Cervantes.

Felicidades, Quijote.

martes, 17 de abril de 2012

País, país

Una loca que se cree Evita, un abuelete haciendo de rey de la selva, la prima dando guerra, un niño que juega a ser mayor con un papá más irresponsable aún, los elefantes haciéndose protagonistas, un presidente que huye de los periodistas, , un político que dimite por defraudador, dos mujeres más asesinadas por sus maridos en un día, más parados, más miseria, más pobres, más hambre.

Dios, qué tiempos nos está tocando vivir.

Y Paquirrín embarazado de nuevo.

Ay, país, país.

sábado, 14 de abril de 2012

El regreso

El regreso.

Hay veces que uno siente un vacío interior, otras los problemas te comen, o por lo menos, eso piensas tú durante un tiempo, hasta que, de repente un día, reflexionas profundamente, y llegas a la conclusión de que nada merece la pena excepto vivir, y comienzas a redescubrir las pequeñas cosas de la vida, y el mar vuelve a oler a mar, y la lluvia te moja y tú te dejas mojar, y las golonrinas y los aviones regresan al hogar por primavera, que tu hijo pequeño te da una caricia en la cara, que el jamón te sabe más rico que de costumbre, y sientes pena por la muerte del sabio de Tarifa, y tu padre regresa a tu mente y se hace recuerdo, que tienes miedo de que mañana no esté tu madre y que no le hayas dicho todo lo que la quieres, y que disfrutas jugando a la pelota con tu hijo en el parque, y que sientes que amas y que eres amado y entonces...

Solamente entonces...

Escribes esto.