lunes, 16 de noviembre de 2009

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Los gestores de la cadena se habían reunido la semana anterior. Fue una cita tensa, dura, en la que se elevaron al máximo las voces y con un mensaje claro a todos: Las pérdidas habían crecido un 20%, los anunciantes se retiraban, y hasta las cadenas autonómicas les superaban en share.

O se cambiaban los resultados de las audiencias de sus programas en el plazo máximo de una semana o directores, redactores, auxiliares y demás personal iba a la calle.

El fin de semana nadie descansó, todos se afanaban en buscar soluciones a la desesperada.
El lunes, en todos los diarios de tirada nacional, en las cadenas de radio y en la televisión apareció el siguiente anuncio:
"Prepárate a descubrir un nuevo informativo, deslumbrante, impactante, desbordante, histórico, esta noche, a las 21.15 horas, sólo en TV CINCANT.
Nada será igual a partir de hoy ".
A las 20.45 horas, nadie en el plató sabía qué iba a pasar, el bulo que habían creado a la desesperada como medida salvadora les iba a explotar en las manos. Sería el fin de TV CINCANT.
El país estaba pendiente de la hora. Faltaban diez minutos.
A las 21.00 horas, la sintonía del informativo anunciaba el comienzo. Los titulares normales para un día sin demasiadas noticias de renombre. Eso sí, antes de los deportes, se anunció la revolución en los informativos a las 21.15 horas.
Todo como antes, Pedro Campos, el de siempre, el de todas las noches, perfectamente trajeado, habló del Gobierno, de las corruptelas, de las incidencias meteorológicas.
A las 21.13, el presentador dió paso a la publicidad con este misterioso mensaje:
" Les espero en dos minutos, no se demoren ni un segundo. Ah, prepárense ".
A las 21.14 horas, incluso alguna televisión de la competencia se atrevió a interrumpir su propio informativo para conectar con el plátó de TV CINCANT.
Un minuto después, la sintonía anunciaba la reanudación del telediario.
" Sí señores, ustedes están esperando algo diferente, sé que no pestañean en los sofás de sus casas, en los bares y les aseguro que no les voy a defraudar. España entera recordará esta noche ".
En ese preciso momento, Pedro Campos se agachó.
Sacó una pistola y aprestó a acercársela a la sien.
El cámara que estaba frente a él quedó petrificado, no sabía si salir corriendo. Pedro le hizo un gesto para que ni lo intentara.
" Este va a ser mi último telediario y como mi cadena quería, esta noche será líder de audiencia, y mañana y pasado. Voy a ser su salvador. Viva TV CINCANT ".
Apretó el gatillo y ...
El plató entero quedó impregnado de sus restos.

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