sábado, 21 de noviembre de 2009

" 13 rue del percebe "



Recuerdo que cuando llegué a Sevilla allá por el 92 fui pegando tumbos por pisos de lo más variopinto, de Pedro Salvador, a El Cerezo, de Rochelambert al Cerro. Y ya había vivido en Cádiz los tres años de la carrera en lugares más o menos curiosos del casco antiguo de la tacita.
Para mi, que me había criado en una casa, más o menos destartalada, antigua, tener la sensación de que debajo tuya había gente, que encima también, que las paredes eran en algunos casos un poco más que papel esa experiencia fue un " poco chocante ".
Viví situaciones como todo el mundo que habita en un bloque. Desde la vecina guarra que dejaba que la perrita tan desagradable como ella se hiciera pis en el portal, la cotilla que escondía sus miserias personales cotilleando por la ventana del hueco, las dos sordas como tapias que veían las películas en una supertele, pero que los cascos no los usaban porque molestaban las orejas, los quejidos de un moribundo que parecía dormir conmigo, el traficante que llegaba a casa de madrugada vacilando de dinero con su mujer, la del 1º que movía los muebles de la casa a las tres de la madrugada, los negritos del bajo que engancharon el teléfono del vecino, los niños del cuarto que parecían diablos posesos a todas las horas del día, o porqué no hablar de Paquita, la que nos acogió en su casa y le ponía un candado al teléfono ( que tras un robo magníficamente planificado entre todos, le sacamos la llave de la bata y le hicimos una copia ). Por ello cada vez, que alguien quería hablar, montábamos el sistema de vigilancia. O de Visente, no Vicente, el chulo hijo de la dueña de nuestro primer piso de Cádiz, que se meaba en el lavabo porque le salía de los huevos.
Cuando Ibáñez se decidió a crear "la 13 rue del percebe ", no iba muy desencaminado de la realidad y creo que a veces se ha quedado corto.

Traigo un tema a colación del genial Javier Krahe, autor desconocido para mucha gente, pero monstruo donde los haya, desde la época de Sabina con la Madrágora. Si os apetece oídlo, es fino, fino.

1 comentario:

Reyes dijo...

Espectacular tu resumen inmobiliario. Creo recodar que en uno de tus constantes cambios de piso, me comentaste que no soportabas el olor a gambas de la cervecería de abajo...

Muy bueno, por Rue del Percebe, que era muy de mi niñez, por Krahe y por que me sale de los huevos, como dice el que se meaba en el lavabo.

Besos a millones.