domingo, 12 de octubre de 2008

Temporal

En los dos últimos días hemos vivido en Sevilla un fenómeno al que usualmente no vemos: El viento en forma de temporal; bochorno, temperatura agobiante, y un viento que zimbreaba las palmeras, creaba nubes de polvo y nos estremecía.

En esos momentos se me vinieron a la cabeza tantas noches y tantos días de temporal, en los que el levante azuzaba las puertas de mi pueblo, queriendo entrar por debajo de ellas, silbaba de día y de noche, había ratos en los que su fuerza disminuía, pero otros, sobretodo cuando insistía durante días o incluso semanas, en los que la cabeza parecía estallarte. En esos momentos, te acordabas de unos presuntos estudios que decían que las gentes de allí estábamos un poco afectadas mentalmente por el viento, por decirlo de forma sibilina, y quizás no les faltara algo de razón.

También eran noches de vela y quinqué; como nuestro pueblo estaba perdido de la mano de Dios, por lo menos por las autoridades, noche que hacía levante fuerte, era sinónimo de Facinas sin luz. Chocaban los cables unos con otros y cortocicuito para toda la noche,pero aún así estábamos bien preparados.

Recordando esos momentos, pienso qué lejos quedan algunos recuerdos de mi infancia, como la mariposa que nos iluminaba toda la noche con su lamparita de aceite.

Por las mañanas faltaba solamente con asomarnos por la ventana podíamos saber si el inquilino se quedaría, mirando sus barbas en las sierras del Pedregoso.

Cuando uno siente su tierra, hasta el levante se echa de menos.

1 comentario:

Reyes dijo...

y precismente ahora, que estoy leyendo "los aires dificiles".
Un besazo.