martes, 21 de octubre de 2008

Las aventuras de un Peter Pan bético

El cansancio y el sueño me pueden, pero aún así os avanzo el regreso de un personajillo que en verdad nunca se fue, aunque hace un tiempo que no aparecía por el blog.

El Peter Pan bético ha crecido, no en altura, sí en cabeza y ello se traduce en que cada día su mente inventa nuevas aventuras en forma de travesuras a las que no puedo por menos que relatar y plasmar aquí para que no caigan en el olvido.

Sólo diré que en asociación con Wendi ( Marta ) o sólo, es capaz de desarrollar algunas ideas que yo con su edad, era impensable que las hubiera ni siquiera pensado. El problema es que algunas veces, o la gran mayoría, te tienes que aguantar para no estallar en carcajadas por sus ocurrencias.

La última aventura de Peter Pan bético os la contaré mañana. Os dejaré que la cuente él mismo. Empieza así:

Mi padre estaba pagando la compra en el Mercadona. Me acerqué a mi hermano Antonio que estaba en el carrito y le di una orden al oído para que avisara a papá. No sé si me entendió, pero empezó a llorar, a lo mejor porque le apreté un poquito su mano. En ese momento en que mi padre se dió la vuelta y se puso de espaldas a mi vi la oportunidad...

1 comentario:

Reyes dijo...

Me encanta la historia de Peter, es alucinante.