martes, 9 de noviembre de 2010

Saharauis

Llegaron de día, primero dos, luego cuatro,seis, cuarenta, así hasta veinte mil personas entre mujeres, niños, ancianos y hombres. Montaron sus jaimas a pocos kilómetros de El Aaiún. Esperaban pacíficamente que el gobierno atendiese unas peticiones tan descabelladas como igualdad de oportunidades, tierras y trabajo.

Llegaron de noche, eran cientos y pretendían destruir todo lo que se encontraban a su paso, y lo hicieron, tiendas, animales, personas, todos calleron en las redes de quienes sólo deseaban sembrar el caos y matar.

No es un problema de unos pobres moros que se pelean entre ellos.

Esto no es el asunto del Perejil, un islote de cabras donde nadie vive, esto es más serio.

Los saharauis son españoles de origen, como tú y como yo, a quienes abandonamos en lo más inhóspito del desierto del Sahara a su suerte hace veinticinco años y sobreviven gracias a la ayuda internacional y a que es un pueblo culto, inteligente y pacífico.

Yo por mi profesión he conocido a muchos, cientos de saharauis que se han integrado a la vida española y que en su mayoría han obtenido la nacionalidad española, puedo decir que son personas luchadoras de sus derechos. Recuerdo a un gran amigo, Embareik Hamadi Mouloud, al que todos llamábamos Emilio que era el corresponsal del Frente Polisario en Sevilla, al que tengo mucho aprecio.

Es nuestro problema, imagínate que de pronto, invaden la provincia de Cádiz, nosotros les dejamos y los gaditanos que allí vivan pasen a formar parte de otro país. Esto no es permisible, los políticos no pueden mirar hacia otro lado, basta ya de palabras y más acción. Que se ganen el sueldo que todos les pagamos.

Viva el Sáhara libre.

No hay comentarios: