domingo, 13 de abril de 2014

Mi última amante: El final

Hace temporal en el mar, las olas se ensañan sobre la costa con bravura, el cielo está encapotado y por la playa no pasea nadie.

Un hombre desafía al tiempo, a las inclemencias y a lo prohibido.

Lleva una mochila a su espalda.

Se acerca a las primeras piedras del espigón, con destreza va subiendo hasta alejarse de la vista de cualquier indiscreto, el agua le salpica, pero no importa.

Cuando llega al lugar elegido, una pequeña cueva formada por tres pedruscos inmensos, saca a su amante y ambos se sientan a contemplar el atardecer en silencio.


Cuando la luna se asoma, hombre y animal yacen aplastados entre el mar de piedras.

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