lunes, 18 de abril de 2011

Presentación del cartel de Semana Santa

El pasado viernes vivimos una gran jornada de viernes de Dolores en Facinas.



El pregón del padre Antolín fue sentido y cariñoso.



Aquí os dejo dos historias que había pensado para la ocasión, pero como soy muy despistado, confundí el papel. Así es que tuve que recitarlas tal como me salían. Creo que quedaron mejor que lo escrito.

El cartel de este año es una fotografía anónima en la que se muestra al fondo las imágenes características del Viernes Santo: Al fondo la cálida imagen de la Dolorosa, adornada en su trono con cientos de claveles rojos y más atrás, el Cristo Yacente en la Cruz, talla magnífica en madera de roble. En la imagen principal, la más cercana las filas de nazarenos a derecha e izquierda vestidos de blanco y negro, simbolizando el primer color la pureza y el segundo, el luto por la muerte de Jesús.
Es la simbología máxima de una procesión sencilla, sin grandes alharacas, adornos excesivos, ni tronos grandilocuentes, pero que transmite lo que debe ser en esencia una Semana Santa: La representación del sufrimiento, la muerte y la resurrección de Jesús.

Modestamente me he permitido hacer dos pequeñas interpretaciones de lo que veía en la foto:

- Miguel apoya el varal sobre el hombro, la almohadilla le calma un poco el dolor, pero poco, algo alivia. Son muchos días cargando pasos en Conil y Cádiz. Su altura le hace que sea uno de los que soporte más peso, pero no se queja, nunca se queja. Podría haber pasado, poner alguna excusa, tenía trabajo pero cambió el turno, pero no, él quiere sacar a su virgen, son muchos años ya, siente esa necesidad.

La cuesta del médico es bastante empinada, el empedrado tampoco ayuda, quizás la más dificultosa de toda la estación de penitencia. Hay que dominar la situación, los doce costaleros sudan, Dios cómo sudan, el esfuerzo por bajar la calle con la Virgen a cuestas sin que esta sufra. La banda de música entona su marcha con más fuerza cuando los valientes consiguen llegar hasta la calle Divina Pastora. Se echan de menos los aplausos por el sobresfuerzo, pero la recompensa la llevan dentro, en su interior, por haber podido otro año cargar a su imagen. Dan gracias a Dios por ello.

La otra historia dice así:

La túnica blanca está preparada en la silla, y el capirote, y la capa violeta, y los zapatos con su rodaje hecho para que no molesten cuando lleve media hora de recorrido. La noche ha sido larga para Pablo. Apenas ha podido dormir, los nervios le podían. Tardó bastante tiempo en dormirse y a las siete y media, con los primeros rayos de sol estaba ya despierto. Desayuna un buen bocadillo y un tazón de chocolate. Hay que coger fuerzas para la tarde. Durante el día juega al fútbol con sus amigos aunque un cosquilleo le recorre el estómago cuando se acerca la hora. Es su primera vez, nunca ha salido en el paso, está bastante excitado, no quiere cansarse y abandonar. El tiene que salir con su Cristo y recogerse con él. Seguramente la vela pesará cuando lleve un tiempo, pero no le importa. Está hecho un hombre, son siete años. Está seguro de que es el primero pero no será el último, y cuando tenga edad, sacará la virgen a cuestas.

1 comentario:

un crochet andalou dijo...

Respeto a los creyentes que salen en procesión..pero no entiendo esa necesidad de ostentación...
¿ Que diría Jesús si viera esos pasos de Semana Santa ? ¿ Reconocería su doctrina en ellos ?
Cada Semana Santa vuelve a mi esa desilusión que me invadió a mis 16 años visitando el Museo del Vaticano...Tantos tesoros, tanta riqueza y tantos niños muriendo de hambre en Etiopía y en el mundo entero...