miércoles, 15 de diciembre de 2010

Curiosidades

Más de una vez he hablado con mi amigo Joselillo de un tema curioso y coincidimos los dos en ello: Cada persona tiene su doble en este mundo, puede que en el otro hemisferio, en ciudades totalmente alejadas o simplemente en el mismo país. Lo más seguro es que nunca lleguen a conocerse, pero tanto a él como a mí nos ha pasado que hemos visto a un chaval, un hombre o una mujer por Sevilla y hemos pensado que es el otro yo de alguien de Facinas.
A lo mejor es que los dos somos algo raros, seguramente, pero nos gusta comentar ese hecho.
Hoy, iba saliendo de mi casa con los niños en el coche, se me cruzó un hombre haciendo footing en un paso de cebra. Era delgado, bien parecido y llevaba un chaleco verde fosforescente. Yo paré, él también, pero al ver que le daba paso con la mano, siguió corriendo, pero me sonrió.
En ese momento, su cara y esa media mueca con la boca y los ojos me llevaron a un tiempo pasado hace seis años más o menos en el que un compañero de nuestro despacho murió por un cáncer en menos de un mes. Tenía la misma sonrisa, era delgado como el que me crucé, más o menos la misma edad y hasta diría que el color de sus ojos era el mismo.
Fue una descarga eléctrica que me transportó a Antonio.
El hombre siguió su marcha y yo continué la mía con una sensación muy extraña, como un Dejá Vu, como si esa persona fuera una continuación de nuestro compañero desaparecido.

No hay comentarios: