sábado, 31 de mayo de 2008

" La vida en una bolsa de Plástico "

Hoy la he visto, y ayer y anteayer…

Arrastra unos pies que a duras penas la aguantan.

Seguramente si pasas alguna vez con tu coche por la carretera de Utrera, en el cruce de su Eminencia con la Avenida de la Paz en Sevilla también la reconocerás.

Nunca habla, simplemente estira un poco la mano casi por inercia, por si alguien se apiada de ella y le diera unas míseras monedas con las que aguantar un día más de su vida.

Es el gesto del que nada espera ya en una mísera existencia.

Nadie sabe su nombre.

Cuando paso junto a ella, en un primer momento siento un escalofrío desagradable porque muestra una pierna en carne viva, pero mirándola a la cara me produce una tristeza infinita, es el rostro del hambre sin cura, del hastío del mundo.

Me imaginaba que dormiría no lejos de allí, pero hoy he pasado al anochecer y la he visto detrás de unas adelfas, envuelta en una gran bolsa de plástico que le cubría medio cuerpo y he caído en que esa bolsa lleva tiempo ahí, que esa es su casa.

Cualquier día se aislará para siempre en su plástico y desaparecerá.


No hay comentarios: