jueves, 11 de abril de 2013

Un mendrugo de pan

Señor:

Nunca pensé que tuviera que escribirle esta carta.

Bien lo sabe Dios que ni en lo más recòndito de mi mente se escondería esta situación en la que me encuentro.

Y no lo habría hecho si no fuera por mis dos hijos.

! Hace tanto tiempo que no probamos la carne !

Nos encontramos en la más absoluta miseria.

No tenemos dinero siquiera para comprar, pan, leche o huevos, lo más indispensable.

Pensará usted que somos negros o sudamericanos, con todo el respeto para ellos.

No.

Hace dos años era un trabajador al que no le faltaba faena.

¿ Y ahora, qué ?

Nada, señor, nada.

En casa no entra dinero desde hace demasiadas lunas.

Sobrevivimos de lo que encontramos entre la basura.

Pero hasta ahí tenemos que luchar con otros hambrientos.

¿ Sabe en qué año estamos ?

No, no es mil novecientos.

Ni esto es la España de la postguerra.

Estamos en el año dos mil trece.

Tenemos hambre, mucha hambre.

No, creo que usted no sabe lo que es eso.

Quizás usted no conozca nuestro pueblo.

! Cómo voy a creer que usted está en todas partes !

En mi casa parece que aún no toca que llegue.

Hasta siempre.

Dios.

No hay comentarios: