lunes, 10 de septiembre de 2012

Dignidad

Cada día que pasa noto como mis manos no responden a las órdenes de mi cerebro. Pienso perfectamente, pero las piernas no parecen a veces parte de mí, ni la espalda, ni siquiera puedo dar un paso sin que note como algo se aleja de mí, irremediablemente, para siempre, un camino sin retorno.


Yo, que siempre he sido una luchadora, que vencí al cáncer, a la rotura de una cadera, que no pueda con esto, es decepcionante. Lucho, pero noto, como él me va ganando, el párkinson, y yo voy perdiendo, hasta la dignidad.

No hay comentarios: