sábado, 16 de enero de 2010

Cena familiar

Los hijos esperan hambrientos la cena sentados en la mesa del salón.

Shun Hui prepara seis cuencos de madera con el arroz ya hervido y mezclado con soja y los deposita ante su familia.

Han Clai, la pequeña de la casa bromea con su madre mientras Ha Roh se distrae viendo dibujos animados en la televisión.

Cuando acaban, Shun recoge los restos y friega la cocina.

Tres cuencos están llenos pero ella también los tira a la basura.

Viven en un chalet en una zona ajardinada alejada de todo ruido.
Se acuestan todos en la misma habitación, hace un poco de frío y se acurrucan los seis con mantas para resguardarse, pues en la sierra madrileña el invierno es duro.


Shun da un beso a sus cuatro hijos y a su marido, apaga la luz.

Mañana será un día duro para todos.

Aunque algunos no tendrán que madrugar, ni ir al cole ni al trabajo.

Phe Dah, el padre, Shin Kah y Ui Tho, los dos hermanos mayores, llevan muertos una semana.


Esta historia, aunque parezca mentira ha ocurrido esta semana. Yo me he permitido alguna licencia de nombres y situaciones inventadas.

La realidad es a veces más increíble que las fantasías.

1 comentario:

Reyes dijo...

Los chinos tan misteriosos, aunque ni siquieran sean chinos...