sábado, 9 de noviembre de 2013

Miedos

Su mirada es la de las que se cansaron de pelear, de luchar.

Atrás quedaron los momentos de amor ciego por él, los " no pasa nada ", " no te preocupes " , " otra vez será ".

El sometimiento sexual, la infelicidad en la cama, el sentirse un objeto.

La entrega total es lo más injusto del mundo cuando la otra parte no corresponde.

Los hijos ocultaron dolores y frustraciones.

Hasta que ya no pudo más.

Se cansó de soportar humillaciones, de maltratos psicológicos, físicos.

Muchas noches sin dormir con un extraño en su cama hicieron que tragara saliva, dominara el miedo  y desapareciera de su mundo con los hijos a la espalda.

Pero ahora que han pasado dos años siente  que jamás podrá vivir tranquila.

En lo más profundo de su alma,  de su mente, él está instalado.

Y sabe que en cualquier esquina la estará esperando.

Para unir sus corazones para siempre.

Con sangre.

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