Primero una libélula roja sobre mi cabeza.
Un poco más alto, un esquivo avión sobrevolaba el tejado de la casa.
Varios metros sobre su cabeza, una bolsa de plástico blanco era zarandeada aquí y allá por los vientos de las alturas.
La silueta de un buitre se adivinaba bajo una nube.
Un avión militar surcaba los aires.
Cinco colores, cinco tamaños, cinco siluetas, cinco formas, cinco texturas y un nexo en común:
Volaban.
No hay comentarios:
Publicar un comentario