jueves, 25 de febrero de 2010

C-3

Hace dos mañanas que viví una experiencia que por el cometido podía entenderse como normal, pero no con quién la sufrí.
Para no parecer demasiado personalista, aunque la situación fue mía, pongamos que usted que me lee, bueno, tú que me estás leyendo ahora mismo, perdiendo un poco de tu tiempo, quitándote minutos de esa maravillosa televisión, de sueño, de lo que es peor, de disfrutar de una buena lectura , ¿ Hay algo mejor que hacer por la noche que leerme a mí ? ... sí, pillín o pillina, sí, sí, sí, sí hay algo mejor, mucho mejor, muchíssssssssssssssimo... no lo digo pero te lo imaginas, a que sí.
Al grano que me pierdo, ¿ porqué siempre tenemos que acabar pensando en lo mismo ?. Preguntas sin respuesta.
Imagínate que vas una mañana a una administración de Hacienda, bien desayunado, con el coche mal aparcado, en doble fila, porque si te fijas, no suele haber aparcamientos cerca de la A.E.A.T., será para que cuando llegues estés cansado y harto de dar vueltas por ahí.
Coges tu numerito en la máquina de la entrada tras dudar como un ..., te fijas bien o preguntas al vigilante que no tiene ni idea, perfecto, él no tiene porqué saber eso. La de información en ese momento ha salido a desayunar y está el registro que la sustituye, pero la cola ya va por cinco.
Si tienes suerte y has acertado en el número te sientas en el banco a esperar hasta que te toque. Vas al servicio porque has llegado justo, pero en ese momento dicen por la pantalla central, C-3, tu número. Te aguantas porque si se te pasa el turno a esperar.
Das los buenos días a la persona que te toca frente a ti. Te sientas, respiras hondo, e intentas explicar lo que vienes a hacer. El personaje que me toca enfrente no parece de este mundo, si tienes que ser más preciso, terrícola sí pero seguramente ha sido abducido por un extraterrestre de otro planeta. Casi no habla, la cara no es de asombro, ni de alegría, ni de tristeza, ni de concentración, ni de entusiasmo, ni de aburrimiento, ni de nada. No tiene cara de nada. Sus movimientos son lentos, pausados, como si todo le fuera extraño. Pero lo que más me choca es que no pestañea, sujeta la cabeza a la altura de la barbilla con la mano izquierda para que no se le caiga mientras que con la derecha maneja el ratón como un avestruz.
Te tiene desconcertado totalmente hasta que de su boca salen las palabras mágicas, " eso se lo tiene que resolver mi compañera ". Se levanta, va a la mesa de ella, vuelve a sentarse frente a ti. Esperas dos minutos, tres, cuatro, cinco, seis. El sigue sin hacer ningún gesto, quizás agradece que la silla esté allí para que por lo menos le sujete, hasta que llega la chica y te resuelve la cuestión en medio minuto.
Sales disparado esperando que la Policía Local no te haya multado o el coche no esté y cuando recapacitas piensas un poco en el personaje.
Si tenías alguna duda de la existencia de seres de otro planeta, esa mañana te convences de que son capaces de transmutarse en fisonomía de personas, lo juro.

domingo, 21 de febrero de 2010

" La reina del caribe "

Maldito seas:

Yo, que disfrutaba de los demás, haciéndoles sufrir, desgastarse, maldecir.

La reina de todas las reinas, la más orgullosa del lugar, la que se vanagloriaba de poder derribar a todos los hombres con mis luces, mis cantos de sirena, mi música.

Pero tuviste que llegar tú aquella mañana.

Recuerdo cómo me observaste durante un buen rato disimuladamente. Luego te marchaste.

Al día siguiente llegaste cuando otro intentaba seducirme, pero yo pude más que él, hice lo que quise hasta que se fue totalmente frustrado.

Cuando me relamía de gusto con la nueva victoria llegó otro y seguí disfrutando, le dejé ir cual iluso pescador seguro de su victoria, hasta que tiré de su hilo y huí con el botín en mis manos, en mi interior.

Quién me creó me hizo el más victorioso de los seres, pero no contaba contigo.

Tu mirada me desorienta, tus manos me hacen temblar, tu paciencia me corroe, en fin, soy una muñeca rota en las ideas de tu mente.

Cada mañana pienso que no vendrás, pero siempre me equivoco .

Te odio chino Juan, te odio como a nada ni a nadie en el mundo.

De mis entrañas sale diariamente tu botín en la cantidad que tú decides.

Ni siquiera vale que mi dueño me apague, cuando me ilumine de nuevo, estarás ahí para dominar mi mente.

Soy un alma rota y no puedo hacer nada por evitarlo.

Te odio, chino Juan.

jueves, 18 de febrero de 2010

Reflexiones de un ...

" Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo ".
Así empezaba el libro que cogí de la biblioteca de la prisión esta mañana.
" La familia de Pascual Duarte ", de Cela.
Tentado estuve de estamparlo con la pared de mi celda con la primera frase, pero no, seguí leyendo un poco, más por curiosidad que por otra cosa.
Sí, yo también podría escribir mi propia historia, incluso tengo pensado el título que le pondría: " Memorias de un hijo de puta ". Suena bien, a que sí.
Pues así soy yo, un cabrón redomado con todas las letras, tildes y adjetivos que quieras ponerle, porque aunque no te conozco te voy a tutear porque me da la gana. No es chulería, es que eso de usted lo dejo para otros. Yo hablo de tú a quien quiero.
No voy a aburrirte con la historia de mi vida, te diré que no tengo treinta años aún, pero ya he pasado por la trona varias veces. Al principio por asuntillos menores, robos con intimidación, trapicheo, ya sabes, pero esta última ha sido más gorda, y no me arrepiento.
El que pega a una mujer es porque su condición de violento puede a todo lo demás. Que no diga que en la cárcel va a cambiar su mentalidad. Ni psicólogos ni pollas en vinagre, el que nace hijo de puta será así siempre, entre otras cosas porque aquí dentro, en esta asquerosa cabeza que tengo, y no me refiero a la imagen exterior, sí, mi cerebro pocas veces ha generado cosas positivas; cuando me han rondado las he desechado pronto. Vamos, que las he mandado a la mierda.
Yo he sido violento siempre, no ha habido ningún hecho concreto que haya marcado un cambio de conducta. Que le pregunten a mi madre, pobrecita ( quizás la única persona por la que he tenido un sentimiento de culpa en algún instante ), a los pocos amigos que tuve y fui largando por el camino, o a las putas que maltraté tantas noches de borrachera, cocaína y todo lo que me metía por el cuerpo.
Y ahora que vayan al hospital a preguntarle a Marga como es su Pedro. Mi Marga, porque esa siempre será mía, quiera ella o no. Sé que ha puesto denuncias por malos tratos, por algo estoy aquí pendiente de condena, pero que no piense ella que Pedro ha desaparecido de su vida, esa o es mía o no es de nadie.
No he matado aún a nadie, quizás porque no se ha dado la situación, si llegara el momento, a lo mejor ni lo pensaba.
Bueno, creo que es hora de ir apagando la luz que mañana ya habrá tiempo de abroncarse con alguien para quitarme esta sensación de tensión que me puebla y me domina.
Como siempre digo, la realidad a menudo supera la ficción.
Las dos muertes de mujeres en el día de hoy a manos de sus parejas han generado este cuento.
Esperemos que sean las últimas, aunque me temo que no, que " el mal es un sentimiento que anida en demasiada gente " y que " la violencia es un vecino más en nuestra vida ".

viernes, 12 de febrero de 2010

Un sueño

Este es el último cuento que escribí para el día de la presentación en Sevilla.



Una noche soñé que me despertaba: Estaba sólo sin nadie a mi alrededor. Era madrugada y hacía calor.

El mes de Julio daba sus últimos pasos, estaba deseando que llegaran las vacaciones para poder irme a la playa con mi mujer y los niños, especialmente el bebé que tenía tres meses escasos. Esa noche en el sueño era interminable y a esa siguieron otras muchas igual de desesperantes y los días se transformaron en noches.

De pronto me veía en el sueño yo mismo lleno de cables, de tubos, de aparatos, de médicos, enfermeras y un compañero al lado. Ya no estaba sólo.

Soñaba que un médico se acercó a mí y me dijo que padecía una grave enfermedad, pero que tenía que poner algo de mi parte para curarme. Allí estaba mi familia apoyándome, pero además de los medicamentos que recibía, había otros que me ayudaban casi más que ellos.

Eran las llamadas, las preguntas, las flores, los teléfonos, las visitas, los rezos de amigos, decenas de amigos, cientos de ellos que en el sueño me demostraban que estaban ahí.
Sentía sus alientos, sus cariños, sus palabras, sus silencios, sus apoyos callados, sus palabras.

Poco después la oscuridad se fue haciendo un poco más luminosa, pero ellos continuaban a mi lado y yo sentía dentro que aquello tan gordo y grave se iba marchando y achicando.

Amigos y familia, familia y amigos.

Un día, después de mucho tiempo, llegó otro señor con bata blanca en el mismo sueño y me dijo con una voz tranquilizadora: Chico, eres libre, disfruta de todo y agárrate a la vida con fuerza, ya puedes.

Hoy he despertado y estoy aquí.

Gracias a todos por haber venido.

jueves, 11 de febrero de 2010

Librería Yerma

Hola:
Para todos los que estéis interesados en adquirir el libro " Mil caras de un prisma ", por fin hemos conseguido una librería en Sevilla. Se llama Yerma y está el Viapol, concretamente en la calle José Recuerda Rubio, bloque 5.
No quiero parecer presuntuoso, simplemente, cualquiera que quiera el libro dedicado, con mucha ilusión me desplazo donde haga falta para firmárselo. Demasiado esfuerzo hace el que lo compra.
Ya estamos preparando alguna que otra cosilla parecida a la de hace una semana, nos hemos quedado satisfechos y muy felices, pero por otra parte hay gente que por diversos motivos no pudo venir.
Ya avisaremos con tiempo, prometemos alguna sorpresa más.
Un saludo a todos.

lunes, 8 de febrero de 2010

A vosotros

Este es el emotivo cuento que leyó mi amiga Reyes, " Dama de sevillano nombre", el pasado jueves.

Aquí os lo dejo para los que no pudísteis disfrutar de él ese día.

Se titula " A vosotros ".

A vosotros me dirijo, sí a todos los que estáis ahí enfrente aunque no pueda veros, sólo sentiros.

Esta noche quiero que sepáis mi historia, mi vida, maldita sea ella y malditos todos los que hicieron que mi felicidad se dispersara cual polen repartido por el viento hacia quién sabe qué lugares tan lejanos a mí.

A ti también me dirijo, a ti, Dios, sí, a ti que se supone que nos creaste a todos a tu imagen y semejanza, pero entonces, tú, tú, tú…

No quiero seguir pensando en ti porque entonces mi alma saltaría hecha añicos, aunque pocos trozos de ella me quedan ya.

Ahora sólo veo oscuridad, negritud, pesadumbre, donde antes veía hijos, marido, casa, flores, alegrías.

Yo sólo era una pobre esposa y madre, cuidadora de una familia, ¿ Porqué la desgracia vino a mi casa a visitarme y a quedarse ¿, ¿ Quién la invitó ¿.

Os aseguro que yo no, yo no, nunca la quise ni la busqué, pero llegó y se estableció en mis cuatro paredes.

Aún me ronda y por más años que pasen se alejará de mi. Es parte mía.

Eran años duros, muy duros, sacar tres hijos en una casa perdida en medio del campo nos costó a Pedro y a mi muchos sudores, muchas jornadas encorvada trabajando el pequeño huerto que pudimos crear, demasiados días a la intemperie, pero por la noche, cuando nos reuníamos al calor de la lumbre, con el caldero de caldo hirviendo, yo me sentía feliz, mi cuerpo me pedía descanso, pero mi alma estaba descansada y hasta los miedos se quemaban en la hoguera.

Pero un día, aquél fatídico 28 de Julio, tuvo que llegar. Quién nos arrastró, no lo sé, después de tantos años casi ni me importan, no quiero saber los motivos, sólo me duelen las consecuencias.

En menos de un mes, Pedro, Marcial, el mayor, Esteban, con diecinueve añitos, y mi benjamín, mi amor, mi Pedrito, se marcharon, los llevaron a hacer la guerra, ellos, que lo máximo que habían visto era la escopeta del señorito los días de caza mayor.

Qué sabían ellos de España, de la política, de los bandos, tres chavales fuertes, nobles, pero de mentalidad frágil, acostumbrados a su padre y a su madre, al calor de ambos.

Cada día esperaba recibir una noticia de alguno, pero los días fueron pasando y nada. Intentaba en vano tener la cabeza ocupada en cuidar de mi casa, en hacer planes con mi marido para cuando volviera.

Un día que arreglaba la valla del huerto, vi venir un militar a caballo. El hombre se acercó a mí, bajó del animal y me hizo una reverencia.

¿ Es usted Teresa Cabañas ¿

Sí, contesté con un hilo de voz.

Siento comunicarle que su marido y sus hijos han fallecido en acto de guerra. Aquí tiene sus únicas pertenencias.

Mi grito se debió oír en toda la montaña, porque así lo sentí.

El hombre se marchó dándome los buenos días.

Desde ese momento mi cuerpo yace en lo más hondo de aquél pozo y mi alma vaga por aquí y allá.

Poco importó que uno de mis hijos, Esteban, apareciera vivo posteriormente en el carro de los muertos, ya era tarde, demasiado tarde.

En noches cómo esta, cuando salga a la calle, mire a la luna, quizás vea mi mueca de dolor reflejada en ella.

viernes, 5 de febrero de 2010

Noche mágica

Hola a todos:

Muchas gracias a todos los que estuvisteis conmigo anoche, y los que no pudisteis venir, gracias por intertarlo.

El cuatro de Febrero se ha quedado en mi cabeza como uno de los días más especiales que he vivido en mi corta vida.

Especial por las sensaciones vividas, por cumplir un sueño, por los amigos que allí nos reunimos, por el ambiente que se creó, por las actuaciones, por Tere, por las lágrimas, por Fernando y Rocío, por Reyes, por Hipólito, por las flores maravillosas de Eduardo.

No sé si volveremos a repetir las vivencias, pero me quedo con la alegría que supuso aquel momento.

miércoles, 3 de febrero de 2010

PRESENTACION DEL LIBRO EN SEVILLA

Reconozco que soy muy pesado, pero este momento que mañana viviremos llevo muchos meses esperándolo y no quiero que sea por no avisar.

Definitivamente el jueves día 04 de Febrero de 2010, a las ocho, nos reuniremos en la Cafetería la Era de la Avenida Kansas City, bastantes amigos en los que por supuesto estás tú invitado, para la presentación del libro de cuentos " Mil caras de un prisma ".

Aseguro de que lo pasaremos bien, por lo menos aburrido no va a ser.

Un saludo a todos.