lunes, 21 de abril de 2014

" Cien años de Soledad "



La primera vez que llegó a mis manos " Cien años de Soledad " lo devoré como quién come un asado bien hecho a la parrilla.

Lo saboreé con tanta delicia como los helados de dulce de leche que tomamos en Puerto Madero, allá en mi segunda patria, Buenos Aires.

Me enamoré de sus personajes al igual que lo hice de los argentinos por cada lugar que visitamos, cada encuentro con la gente más encantadora del mundo, y lo digo con rigor de haber conocido a muchos y en diferentes lugares del país.

Aspiré sus olores como aquellos tres días de ensueño en Iguazú, donde el verdor de la selva inundaba todo, mezclado con la furia del agua al caer por las cataratas.

Descubrí el amor por la literatura, nos embebimos de ella en el Café Torttoni, paso obligado de los poetas, de los escritores, de los músicos y hasta de los exiliados españoles.

Con Gabriel García Márquez nació mi pasión por escribir y con ella moriré.

Gracias, maestro.

domingo, 13 de abril de 2014

Mi última amante: El final

Hace temporal en el mar, las olas se ensañan sobre la costa con bravura, el cielo está encapotado y por la playa no pasea nadie.

Un hombre desafía al tiempo, a las inclemencias y a lo prohibido.

Lleva una mochila a su espalda.

Se acerca a las primeras piedras del espigón, con destreza va subiendo hasta alejarse de la vista de cualquier indiscreto, el agua le salpica, pero no importa.

Cuando llega al lugar elegido, una pequeña cueva formada por tres pedruscos inmensos, saca a su amante y ambos se sientan a contemplar el atardecer en silencio.


Cuando la luna se asoma, hombre y animal yacen aplastados entre el mar de piedras.

lunes, 7 de abril de 2014

" Mi última amante dos "

Se lo dije: con ella no ibas a ningún lado.

No te correspondía.

Nunca fue para ti.

Pero claro, una siempre es la mala.

Que si, mamá soy mayorcito, ya tengo edad para hacer con mi vida lo que quiera, tengo un trabajo y una casa, soy independiente, voy peinando canas, y todas esas historias que a mí, a su madre, a la que lo parió no me convencen.

Podías haberte casado con Mari, esa muchacha del pueblo tan mona, un poquito chapada a la antigua, sí, pero discreta como ella sola, siempre con faldita de la rodilla para abajo, no se metía con nadie, incluso trabajaba en un taller de costura, era lo que se decía, una mujer de su casa.

Desde que te viniste a la ciudad, cuando faltó tu padre, que en gloria esté...

Bueno, que esté con  Gloria, Pepi, o quien le dé la zorrísima gana.

El muy...

Me callo, que me caliento y al final, quién se tiene que tomar la pastilla para los nervios soy yo.

Si le doliera la cabeza cada vez que me acuerdo de su p... madre, te juro que no salía de la cama de una habitación oscura y sin ruido.

Como te decía, la ciudad ha sido tu perdición.

Y maldita la hora en que me vine aquí, dejé el pueblo y compré esta casa para tu hermana y para mí.

Esa pelandrusca no, con la crestita a lo moderno, yo sabía que te llevaría a la perdición.

Y ahí estás, perdido como mi primo Bernardo cuando entró por primera vez en un Continente.

Que una vez que estaba dentro no sabía salir, sin compra ni nada.

! Ay, hijo, contesta a mis llamadas !

Me has vuelto a mentir, me dijiste que te había dejado por otro más " gallito que tú ".

Seguro que andarás arrastrándote pidiendo que vuelva contigo.

No, no y no.

sábado, 5 de abril de 2014

" Mi última amante "

No te alejes tanto, que puedes caer al agua y sabes que yo no sé nadar.

A veces me pregunto cómo pudiste llegar a mi vida.

Quizás la casualidad, el azar o el destino.

Pero desde que te ví pensé que debías ser para mí.

Nuestro primer encuentro, cuando te hiciste la despistada, cómo te busqué por el campo entre todas tus amigas, tu mirada entró en mi corazón como un flechazo. 

Jamás he estado con alguien que me diera tanto sin pedir nada a cambio.

Porque tú eres así, generosa, siempre dispuesta a complacerme, no como otras, que me rechazaban por mi cara, mi timidez o simplemente porque no les caía bien.

" No me gustas" , " eres muy feo" , " jamás tendré nada contigo ", esas eran las frases más bonitas que tuve que escuchar durante muchos años.

Tú eres diferente.

Ven, gallinita, ven.