jueves, 28 de enero de 2010

Presentación del libro en Punto Radio

Mañana por la tarde haremos la presentación del libro " Mil caras de un prisma " en el programa " La radio de los blogueros " en Punto Radio Sevilla.

Será a las 19.05 horas y durará hasta las 20.00 horas.

Lo podemos sintonizar en el 93.0 del Dial.

Allí os esperamos.

viernes, 22 de enero de 2010

Presentación de libro

Hace unos días comenté que la presentación del libro " Mil caras de un prisma " en Facinas fue muy bien e incluso enlacé con la página web de Youtube para ver el vídeo.

Ahora os comento que el próximo día 04 de Febrero haremos la presentación en Sevilla.

Se ha hecho esperar, pero si no hay ningún problema de última hora, que no lo espero, será a las 20.00 horas en el Edificio Realia de la Avenida Kansas City ( Pasada la estación de Santa Justa, en la rotonda que todo el mundo conoce como el puente del Indio ). En la cafetería " La Era " os espero a todos, estáis invitados.

Nadie se verá defraudado, hemos puesto toda nuestra ilusión en ella y no será una presentación al uso, espero que os guste.

Seguiremos informando.

miércoles, 20 de enero de 2010

Reflexiones

Pasan los días, no escribo casi nada, pero no es que se me haya ido la inspiración, las ganas o las ideas, es que mi cuerpo no responde aún a las necesidades de diarias, o lo que es lo mismo, que cuando llega las diez de la noche no puedo con mi cuerpo. Eso sí, tengo cuentos en la cabeza para dar y regalar.



Hoy quiero hacer varias reflexiones:



. Que el teatro no muera nunca, por favor. El viernes pasado estuvimos viendo " Bodas de Sangre " del CAT y me recordó aquél Lorca de mis catorce años que me marcó para siempre. Maravillosa interpretación y fidelidad casi absoluta al texto. Siento la necesidad de volver a Federico en más teatro, mucho teatro, aunque lo próximo será Albert Boadella con El Joglars, que estoy deseando verlo.



. Me produce asco el tratamiento mediático al terremoto de Haití. Tal como llegaron las televisiones se irán, todo se enfriará, hasta que llegue un día no muy lejano en que los haitianos no existan para nosotros, pero ellos se seguirán muriendo de hambre y sed.



. Por último, espero poder presentar el libro muy pronto en Sevilla. Ya os avisaré. Por si no estuvísteis en Facinas, aquí tenéis un enlace de Youtube para el que lo quiera ver. Aconsejo que paséis directamente al minuto 07 en adelante, el resto es el informativo de Teletarifa. El enlace es:

http://www.youtube.com/watch?v=Hte0Jqf66Lw

sábado, 16 de enero de 2010

Cena familiar

Los hijos esperan hambrientos la cena sentados en la mesa del salón.

Shun Hui prepara seis cuencos de madera con el arroz ya hervido y mezclado con soja y los deposita ante su familia.

Han Clai, la pequeña de la casa bromea con su madre mientras Ha Roh se distrae viendo dibujos animados en la televisión.

Cuando acaban, Shun recoge los restos y friega la cocina.

Tres cuencos están llenos pero ella también los tira a la basura.

Viven en un chalet en una zona ajardinada alejada de todo ruido.
Se acuestan todos en la misma habitación, hace un poco de frío y se acurrucan los seis con mantas para resguardarse, pues en la sierra madrileña el invierno es duro.


Shun da un beso a sus cuatro hijos y a su marido, apaga la luz.

Mañana será un día duro para todos.

Aunque algunos no tendrán que madrugar, ni ir al cole ni al trabajo.

Phe Dah, el padre, Shin Kah y Ui Tho, los dos hermanos mayores, llevan muertos una semana.


Esta historia, aunque parezca mentira ha ocurrido esta semana. Yo me he permitido alguna licencia de nombres y situaciones inventadas.

La realidad es a veces más increíble que las fantasías.

lunes, 11 de enero de 2010

Rebajas de Enero

Hacía calor en las calles de Montevideo ese día. Apenas el sol había hecho su aparición y ya los termómetros urbanos marcaban los 30º.

En los grandes centros comerciales de la Avenida Bolivia, los aparatos de aire acondicionado trabajan a tope para captar un ambiente de frescor y de relax con los que atraer a los ávidos compradores.

A media mañana una mujer morena con unas grandes gafas de sol entra en una de las tiendas del número cincuenta y cuatro. Es una de las primeras clientas de ese día, pues el dependiente despistado ni se da cuenta de su presencia hasta que nota una voz sugerente tras suya.

La saluda con un buenos días la mira discretamente, ella lleva un vestido muy corto de tirantes con flores de vivos colores, zapatos a juego. Queda embobado por un momento en sus piernas, perfectamente contorneadas, morenas y larguísimas.

- Dígame, le puedo ayudar en algo.

* Sí, bueno, contesta ella con una voz casi susurrante, pero sobre todo, femenina, muy femenina.
He estado viendo el género tan variado que tienen y me ha surgido una duda. ¿ Todos los productos que ofrecen tienen la oferta del dos por uno ?.

- Claro señora, los que usted ve y otros que no exponemos por pudor o discrección.

* Pues esos son los que me interesan. Me gustaría comentar con usted lo que busco, pero en un lugar más privado.

- Pues pasemos a mi oficina. No se preocupe, cierro la puerta y podemos hablar con más detalle.

* A la hora y media, Margarita Estroesner salió con una cara de satisfacción que denotaba lo productivo de la " reunión ".

El día siguiente, mientras tomaba café en uno de los lugares más concurridos y famosos de Montevideo, Margarita recibió la llamada de Alfredo, el dependiente de la " Tienda del espía ".

. Don Omar y su amante han sufrido un " desgraciado " accidente, cayendo el coche que conducía su marido por un terraplén. Siento decirle que han " muerto los dos ".

* La mujer sonrió, hizo un brindis al aire y contestó: " Qué pena ". Mañana me pasaré para liquidar la segunda parte de lo convenido.

. Perfecto.

* Y recuerde, la oferta del dos por uno me la tiene que respetar, o le denunciaré por publicidad engañosa.

La sonrisa maliciosa de Margarita la pudo notar Alfredo al otro lado del hilo telefónico.

viernes, 8 de enero de 2010

" Amarga despedida "

Te has marchado pegando un portazo.

Hace un segundo que mi corazón se desangra por ti.

Y el resto de mi cuerpo.

" Despedida amarga "

Te has marchado pegando un portazo.

Hace un minuto que mi corazón sangra por ti.

martes, 5 de enero de 2010

Presentación -2º parte.

Estos son los dos últimos cuentos que leímos aquella noche:

“ Un día especial “

La madrugada está siendo fría, muy fría, demasiado.
Allá arriba Miguel se revuelve sobre las sábanas y nota una sensación extraña, tirita, le castañean los dientes.
Oye el gallo cantar, le parece que lo hace de forma diferente.
Hoy es domingo, se puede quedar un ratito más en la cama, pero no puede estar más tiempo, tiene demasiado frío. Se acerca a la chimenea aún con la ropa de dormir y se calienta un poco las manos, pero la boca no la puede parar. Nadie en la casa parece que se haya levantado aún, clarea por el tragaluz de la cocina. Mira el reloj, las ocho y media de la mañana.
Se oye el ladrido lastimoso de los dos perros en la puerta. No avisan de la llegada de nadie, simplemente le llaman a él. La abre para que entren, cuando entra Canela se fija un poco más allá y lo ve, lo ve todo.
Todo es todo, no hay verde de los árboles, ni marrón del barro, ni color amarillento de la tierra del carril que lleva hasta su casa, todo es blanco, blanco y más blanco. Dios, qué es aquello.
Deja abierta la puerta para que la visión no se le escape al cerrarla, coge un gersey, se pone los pantalones encima del pijama, las botas, la vieja bicicleta aparcada junto al lavadero y al pueblo, a Facinas.
Tiene que decirles a todos que él ha sido de los primeros en ver el manto blanco. Conforme va bajando la empinada cuesta se da cuenta tiene que echar mano de los frenos, pero la bicicleta no le hace demasiado caso y por la primera curva a la derecha Miguel sale volando cayendo de bruces sobre un gran chaparro.
Por un momento, no sabe cómo reaccionar.
Sus ojos, su nariz, hasta su boca se han llenado de nieve, está fría y muy fría. Se limpia un poco y reanuda la marcha.
Mira a un lado, a otro, hasta la sierra de Fates está nevada, es impresionante.

Cuando el sol comience a aparecer por las Cabrerizas y disuelva la gran nevada Miguel ya habrá hecho guerras de nieve con los gentes de Facinas, y hasta un muñeco, pero sobre todo, habrá sentido que la vida puede llegar a ser por momento feliz entre tanta desdicha.
“ RECUERDOS “
- Papá, nos tenemos que ir, son varias horas de coche y nos va a pillar la noche.
. Sí hija, son cinco minutos nada más, déjame sólo.
Carmen se retira unos metros hacia donde están sus dos hijos pequeños junto con el marido. Ya lo tienen todo preparado en el coche, el viaje a Barcelona es demasiado cansado para todos, pero especialmente el abuelo, que ya peina los ochenta.

Pedro mira la fachada de la que ha sido su casa durante casi toda la vida, aún recuerda los días inciertos en los que llegó a Facinas del cortijo de la Arráez alta cuando era un chaval que todavía no había hecho la mili prácticamente sin nada.
Durante muchos años peleó como el que más para conseguir que a sus padres y hermanos nada le faltara, porque por algo era el mayor de cinco y cuando le tocó a él formar una familia, con esfuerzo y tesón la logró.
Fue feliz con su mujer y sus tres hijos en el pueblo.
Ahora echa la vista atrás, tantos momentos vividos, tantas calles andadas, tantos recuerdos, algunos sinsabores, la ilusión de su boda, modesta, simple, pero inolvidable. La noticia de su primer varón, luego vendrían dos hijas más, todo ello en su pueblo, vivido en su querido pueblo.
Cómo no iba a recordar aquellos bailes de chacharrá de soltero cuando se reunían al calor de una lumbre, la primera romería de San Isidro, la Semana Santa con su imagen de la Divina Pastora, la feria, los bares, cuántas tardes en el campo cogiendo tagarninas, pencas, cardillos para poder comer.
Ahora sólo son eso recuerdos, que muy difusamente acuden a su cabeza, maltratada por los años y la propia vida.
Hace dos años que la perdió a ella, un cachito de su corazón se quedó enterrado con ella en el cementerio,
Ahora le toca lo más duro, marcharse de allí, quizás para no volver, lejos, las circunstancias lo han querido así, pero ya no puede vivir sólo.
El único consuelo que le queda es que va a estar con sus nietos todos los días, pero ya no podrá contemplar como todas las tardes, el sol marchándose por la campiña abajo, sentado junto a la Iglesia con su inseparable perrillo, ni tampoco subirá a por agua a las Cabrerizas, ni oirá la paz de su pueblo.
No voy a llorar, se dijo a sí mismo, y lo consigue.
Cuando llega hasta el coche le dice a su hija: Me voy, pero con la condición que cumplas lo que me prometiste anoche.
Sí papá, claro que sí.
El sonríe y una minúscula gotita de agua corre por la cara abajo. Sabe que por lo menos vendrá a morir a su pueblo, aquí, a su amado pueblo.

domingo, 3 de enero de 2010

Presentación de libro en Facinas

El pasado día 30 de Diciembre presentamos el libro de cuentos en el colegio Público de Facinas. El salón de actos no era muy grande pero se llenó. Aquella noche fue especial, primero porque creo que gustaron los cuatro cuentos de Facinas que leyeron magistralmente mis amigos, segundo porque la gente salió satisfecha, tercero porque yo me sentí muy a gusto, sobre todo firmando a cada amigo un libro dedicado y por último porque la charla entre todos fue muy agradable.

Aquí dejo el primer y segundo cuento que leímos, espero que guste.

1. " LA PRIMERA COPA “

Llegaron en un viejo camión sin capota cuando el sol aún no había aparecido por la sierra de Fates. La calle Vista alegre estaba solitaria aún. El levante otoñal zigzagueaba por los callejones ofreciendo hostilidad y frío a los valientes que se atrevían a desafiarle.
Pero ellos eran los más valientes, los que iban a luchar por España.
Llegaban de Benalup e iban a Tarifa.
Eran ocho, siete hombres y un muchachuelo, todos vestían gorras que tapaban algo sus cabezas y ropas desgastadas, , raídas por la pobreza y el tiempo. Con decisión, el que conducía abrió la puerta del bar en primer lugar, luego fueron entrando los demás y por último el rapazuelo que cerró.
A los buenos días, ¿ Qué se le ofrece a los señores ¿.
Algo para entrar en calor, si tiene usted.
Un buen cafelito si les puedo dar.
Hecho.
Parecían entumecidos por el frío, el que comandaba comenzó a alentarles sobre la batalla, el ardor y la victoria segura.
Luego pidieron una copa de aguardiente.
¿ Y tú, también vas a querer una ¿.
El chico miró a aquel hombre con voz potente, porte de gigantón y no supo qué contestar.
El compañero que estaba a su lado le dijo al dueño del bar:
Juan, él también, es ya un hombre.
Le sirvió una palomita de licor y le preguntó:
Chico, ¿ Qué edad tienes ¿.
Dieciocho, señor, acabaítos de cumplir.
¿ Cómo te llamas ¿.
Manué.
Yo soy Juan , Juan Gil.
Cuando a Manué le llegó el alcohol a la garganta empezó a toser y a punto estuvo de ahogarse.
Manué, me parece a mí que eres demasiado joven para las copas de aguardiente y hasta para la guerra.
Pagó el mayor en edad y se despidieron, el muchacho también, con un hasta luego.
Juan Gil observó de nuevo a Manué, tan escuchimizado, tan poquita cosa, y pensó para sus adentros:
También es joven para morir.


2. EL BICHO “

“Eran las ocho de la mañana de un lunes cualquiera de verano en los años setenta del pasado siglo.
El Motor a esa hora era un auténtico hervidero de personas, carros de leña, sacos de harina, y sobre todo, pan, mucho pan.

Acababa de salir el décimo amasijo de los dos hornos de leña que funcionaban a tope, cuando ya en la gigantesca mesa de trabajo de la sala principal, Juanini se esmeraba cortando con el hocino una tras otra, piezas de masa que lanzaba sobre las manos de uno de los cinco panaderos que la rodeaban. Nadie hablaba, todos concentrados en que no se demorara más de la cuenta, pues Corbacho y otros chóferes esperaban para salir a repartir a Tarifa, Algeciras y la Línea. Los que iban para la zona de Chiclana, Conil y San Fernando ya habían cargado las furgonas y estaban en camino.
Dos mil kilos en una madrugada no estaban nada mal. El pan macho de Facinas se vendía más porque aguantaba varios días. Aún no habían llegado las cámaras de conservación, fórmula de no muy buen resultado como posteriormente se comprobaría.
A esa hora los molineros comenzaban la faena. Juan Noria, Paco Yerga y Curro Tapia ya habían tomado el cafelito de rigor en el bar de Hidalgo y empezaban a poner en marcha la gigantesca maquinaria de molienda. Dos plantas completas de un gigantesco edificio para sacar cientos, miles de kilos de harina morena, afrecho y salvado. Pero también estaba el mantenimiento de las correas de cuero, y la picadura de la piedra de moler y aplacar el polvo en suspensión que permanentemente flotaba haciendo irrespirable el aire en algunas ocasiones. La sala de máquinas era otra cosa, una auténtica bestialidad, un sistema del siglo pasado capaz de dar luz a Facinas completa en muchas ocasiones.
Porque la panadería de Mangas no era una panadería al uso, era casi una ciudad a escala. Por allí pasaron en cincuenta años casi todas las personas que estaban en condiciones de trabajar, desde limpiadoras, mozos, cargadores, aprendices, molineros, panaderos, contables, hasta chóferes y mecánicos de todas las edades.
Pero volvamos a la historia de aquel lunes.
El último kilo estaba sobre el peso cuando Juan Noria entró gritando: El bicho, el bicho se ha escapado.
¿ Pero cómo, si esta madrugada dormía tranquilamente sobre el saco ¿, contestó Rafael Serrano.
- Pues ya no está, hay que encontrarlo antes de que llegue Mangas. Ha roto la cadena, yo no lo encuentro por ningún lado.
El hombre de la mascota hizo una pausa como para coger aire, pues no se le conocían más de dos frases seguidas. Siguió hablando alocadamente, como si le fuera la vida en ello.
- Lo peor de todo es que ha entrado en la oficina, ha removido periódicos, cuadernos, ha partido tres o cuatro lápices y se ha comido dos teleras de la vitrina.
. ¿ Pero está por aquí dentro o crees que se ha podido ir a la calle ¿, preguntó Juanini, temiendo que al bicho le diera por atacar a personas o niños como había hecho en alguna otra ocasión.
En ese momento el mundo se paró, hasta los panes que se estaban hinchando en las tablas de detrás cesaron su fermentación.
La puerta de cristales que comunicaba un largo pasillo descubierto hasta la casa del dueño se abrió y allí apareció Juan Mangas, hombre corpulento, cuya voz hacía ponerse a todos firmes en la panadería, incluidos los gatos.
Se hizo el silencio roto por el tono amigable con el que el hombre llegaba esa mañana.
· ¿ Qué pasa, estáis todos muy callados, ha pasado algo ¿.
Alguien se atrevió a decir:
. Juan Noria ha llegado hace un momento diciendo que se ha escapado el mono.
Una risa estruendosa se oyó en la inmensa sala, seguida de un hipio continuado.
Del techo, más bien, de una de las vigas de madera que hacían de contrafuerte, colgado de una sola mano, colgaba un mandril que con la otra hacía corte de mangas a todos los presentes, incluido el susodicho. Además, por si fuera poco, soltó un inmenso escupitajo que fue a caer sobre uno de los kilos de la mesa.
· Me cago en el mono, en el legionario que me lo regaló, en su madre y hasta en Mohamed si hace falta ( Porque se decía que el animalejo venía de Tánger ). Que alguien baje al bicho de ahí o voy a por la escopeta. De mi no se cachondea nadie y menos un animal.
A la media hora, ni había trapo, ni cadena ni por supuesto, restos de mono, aunque en alguna teja de la sala quedó el recuerdo por varios años.