lunes, 27 de octubre de 2008

La sombra del ciprés es alargada

Tomo el título del maravilloso libro escrito de Miguel Delibes como una excusa para hacer una oda al ciprés, ese árbol que une a todos los cementerios de España por lo menos, ahora que se acercan fechas señaladas para los que hemos perdido algún ser querido. Dice así:
" Eres testigo mudo de llantos y lamentos por igual.
En tus ramas das cobijo a las almas de aquellos que te rodean.
En algunos casos las empujas y trasladas hacia otros mundos.
En otros, las haces tuyas, permitiéndoles salir cuando ellas quieran.
Aunque estés rodeado por tus semejantes, la soledad vive en ti, al igual que la pena, y el desamparo.
Cada alma que te visita hace que crezcas más y más hacia el cielo, son tu alimento.
Por eso vives tantos años.
A ti te hablo y sé que me escuchas.
Solo te pediré que me cobijes algún día y que me des tu sombra ".

sábado, 25 de octubre de 2008

Desnudez

Tras subir una empinada escalera que nos deja sin aliento, tenemos que agacharnos para no chocar nuestras cabezas con el techo. Andamos en fila india uno tras otro.
Atravesamos el estrecho pasadizo y desembocamos en una gran sala en la que cada uno de nosotros se siente infinitamente pequeño.
Estamos en la gran sala de la Gruta de las Maravillas.
El espectáculo es indescriptible. El hombre se siente diminuto ante este prodigio de la naturaleza. Estalactitas inmensas, estalacmitas, y toda una variedad de colores del blanco inmaculado al marrón pasando por el rojo, el verde o casi el amarillo.
Recreándonos en algunas creaciones nos parecería que estuviésemos en el fondo del mar, como si una inmensa barrera de corales blancos nos rodeara.
La piedra aquí adopta miles de caprichosas formas a cual más impactante.
Resulta casi increíble que el agua haya sido capaz de moldear la roca a su capricho dando como resultado un paisaje diferente, único y singular.
Es la naturaleza en estado puro.

jueves, 23 de octubre de 2008

Aventuras de un Peter Pan Bético ( 2ª Parte)

Continúa aquí la historia de este personajillo contada por él mismo:
" Ya hacía un tiempo que había visto el ascensor y como estaba cerca de la caja donde mi padre estaba pagando salí corriendo hacia él pero no entré dentro.
Al lado había una papelera casi tan grande como yo, pero con mi fuerza de Peter Pan bético la levanté en peso y la conseguí poner enmedio de la puerta del ascensor, con lo que éste no se podía cerrar.
Volví la cabeza disimuladamente y vi primero a Antonio mirándome sin saber de qué iba la película, después a mi padre con las bolsas en la mano y al cajero riéndose.
Salí corriendo y riéndome cuando mi padre soltó las bolsas en el suelo y puso la papelera en su sitio.
Esa tarde la suerte estaba conmigo porque Antonio empezó de nuevo a llorar. Vi la oportunidad y en un segundo tenía la papelera en mis brazos. A mi padre no le dió tiempo a quitármela cuando ya estaba atascando el ascensor.
A correr otra vez, pero esta vez no me pude escapar, me cogió por una oreja y para la calle que me fuí con la oreja caliente pero con la media sonrisa de mi padre en la cara.
Ah, se me olvidaba, antes de irme os contaré un pequeño secreto que ni mi padre creo que sepa:
En una de las calles del Mercadona, a mi altura había por lo menos tres huevos kinder, bueno creo que había cinco o diez, no me acuerdo muy bien. Pasamos dos veces por delante y papá me dijo que no me compraba más huevos kinder porque solamente quería el juguete y que el chocolate no me lo comía. Pero yo había visto unos muy chulos de tortujas Ninja. Lo intenté varias veces pero él no me dejó.
¿ A que nó sabéis qué llevaba en el bolsillo cuando me monté en el coche ?. El pobre estaba un poquito aplastado pero lo bueno estaba dentro.
Ji, ji, ji.
Hasta pronto amigos ".

El Peter Pan Bético.

martes, 21 de octubre de 2008

Las aventuras de un Peter Pan bético

El cansancio y el sueño me pueden, pero aún así os avanzo el regreso de un personajillo que en verdad nunca se fue, aunque hace un tiempo que no aparecía por el blog.

El Peter Pan bético ha crecido, no en altura, sí en cabeza y ello se traduce en que cada día su mente inventa nuevas aventuras en forma de travesuras a las que no puedo por menos que relatar y plasmar aquí para que no caigan en el olvido.

Sólo diré que en asociación con Wendi ( Marta ) o sólo, es capaz de desarrollar algunas ideas que yo con su edad, era impensable que las hubiera ni siquiera pensado. El problema es que algunas veces, o la gran mayoría, te tienes que aguantar para no estallar en carcajadas por sus ocurrencias.

La última aventura de Peter Pan bético os la contaré mañana. Os dejaré que la cuente él mismo. Empieza así:

Mi padre estaba pagando la compra en el Mercadona. Me acerqué a mi hermano Antonio que estaba en el carrito y le di una orden al oído para que avisara a papá. No sé si me entendió, pero empezó a llorar, a lo mejor porque le apreté un poquito su mano. En ese momento en que mi padre se dió la vuelta y se puso de espaldas a mi vi la oportunidad...

jueves, 16 de octubre de 2008

La catedral del Mar

Lo primero que uno siente cuando acaba la última página del libro es unas ganas de coger un avión y plantarse en Barcelona a descubrir cada uno de los precisos detalles de la Iglesia de Santa María del Mar.
Lo segundo es un regusto amargo por haberse acabado, pues disfruté tanto con la historia que a medida que se iba acercando el final, sentía pena.
Hay pasajes que me llegaron a emocionar, tanto por lo que contaban como por la forma de narrarlos.
Además es una manera de conocer la historia de una ciudad con tanta personalidad como es Barcelona, que para quién no lo lea, no puede hacerse una idea clara de lo que significó para sus ciudadanos, el sentimiento tan arraigado de su defensa que desarrollaron y su influencia económica y estratégica no sólo para Cataluña, sino para el reino de Castilla y me atrevería a decir que zonas importantes de Europa.
El escritor sabe enganchar al lector desde la primera página, pues el ritmo de narración de los acontecimientos te hace estar alerta desde el principio. Además consigue mantener la intensidad durante todo el libro, llevándonos de un suceso a otro y llegando a hacernos partícipes de los sufrimientos y vivencias de su protagonista.
En suma, un gran libro que recordaré por mucho tiempo.

Chapapote

Temporal de levante, un barco que se parte en dos, otro más que embarranca, chapapote al mar, más mierda a nuestras playas.

Siento pena, asco y vergüenza a la vez.

El Mediterráneo se nos muere y no hacemos nada por salvarlo.

No sé quienes serán los responsables, si el armador, nuestros gobernantes o la desidia, pero estamos dejando un asqueroso mundo para nuestros hijos y me atrevería a decir para nosotros mismos.

Quizás si el desastre se hubiera producido dos meses antes, nos hubiera tocado la fibra sensible, pero como ya no es hora de ir a la playa a bañarse o a tomar el sol, pasamos de todo.

Aquí nadie protesta, nadie se moviliza, nadie grita, da igual.

Vemos la noticia y nos parece que el tema no va con nosotros, pero sí, son nuestros mares, nuestras playas, nuestra arena, nuestra pesca.

A veces creo que vivimos en un paraíso que no merecemos, y lo peor de todo, es que esa impresión me asalta cada vez más a menudo: Cuando se queman los montes, se esparce mierda por aquí y allá, todo demasiado a menudo.

domingo, 12 de octubre de 2008

Temporal

En los dos últimos días hemos vivido en Sevilla un fenómeno al que usualmente no vemos: El viento en forma de temporal; bochorno, temperatura agobiante, y un viento que zimbreaba las palmeras, creaba nubes de polvo y nos estremecía.

En esos momentos se me vinieron a la cabeza tantas noches y tantos días de temporal, en los que el levante azuzaba las puertas de mi pueblo, queriendo entrar por debajo de ellas, silbaba de día y de noche, había ratos en los que su fuerza disminuía, pero otros, sobretodo cuando insistía durante días o incluso semanas, en los que la cabeza parecía estallarte. En esos momentos, te acordabas de unos presuntos estudios que decían que las gentes de allí estábamos un poco afectadas mentalmente por el viento, por decirlo de forma sibilina, y quizás no les faltara algo de razón.

También eran noches de vela y quinqué; como nuestro pueblo estaba perdido de la mano de Dios, por lo menos por las autoridades, noche que hacía levante fuerte, era sinónimo de Facinas sin luz. Chocaban los cables unos con otros y cortocicuito para toda la noche,pero aún así estábamos bien preparados.

Recordando esos momentos, pienso qué lejos quedan algunos recuerdos de mi infancia, como la mariposa que nos iluminaba toda la noche con su lamparita de aceite.

Por las mañanas faltaba solamente con asomarnos por la ventana podíamos saber si el inquilino se quedaría, mirando sus barbas en las sierras del Pedregoso.

Cuando uno siente su tierra, hasta el levante se echa de menos.

re

miércoles, 1 de octubre de 2008

Pasión India

Hace pocos días terminé de leer este sorprendente libro que tenía en mi mesilla de noche desde hace varios meses pero que no me había llamado la atención hasta ahora.

En primer lugar diré que no había leído hasta ahora nada de Javier Moro, pero me ha sorprendido gratamente por la facilidad de lectura, la agilidad en su forma de escribir y sobre todo el rigor histórico que ha aplicado en cada una de sus páginas.

La historia para empezar es sorprendente por varias razones: Una malagueña proveniente de una humilde familia emigra a Madrid con ella, se hace cabaretera con las reticencias de sus padres. Por las casualidades del destino, un marahahá de la India que estaba en la capital en las celebraciones de la boda de Alfonso XIII, se enamora perdidamente de ella.

Se casan en Paris y ella parte hacia la India donde se convierte en la esposa del Marahahá de uno de los reinos que en el siglo XIX existía en la India. Empieza para ella un viaje apasionante hacia un mundo lleno de exotismo, de riqueza, de
costumbres radicales, de desigualdades y sobre todo de pasión y desengaños.

El escritor es capaz en cada momento, sin desdeñar la realidad que en ese tiempo existía, de crear ambientes de sensualidad, de amor, de cultura, consiguiendo transportarnos físicamente al mundo que solamente conocíamos por las películas.

El final es sorprendente como también lo son los personajes que pasaron por el mundo de Anita : Desde Valle-Inclán en Madrid hasta Picasso en Paris.

En suma, una novela muy aconsejable que nos dejará con un buen sabor de boca.

Estoy deseando meterme en el libro que escribió Javier Moro con su tío, Dominique Lapierre, también sobre la India, pero parece que mucho más duro por la temática: " Era medianoche en Bopal ".